NUEVO: REVISION 2013 MAPA RUIDOS CASTELLON

Está a exposición pública la revisión del plan acústico municipal de 2007. Consulta los documentos pinchando en este enlace.

viernes, 29 de febrero de 2008

Explotación y "botellón"

Artículos de Carlos Colón publicados en el diario Málaga Hoy los días 25 y 28 de febrero de 2008

La ciudad y los días

Explotación y 'botellón' (I)

Carlos Colón | Actualizado 25.02.2008

http://www.malagahoy.es/article/opinion/63061/explotacion/y/botellon.html

Lo peor de la izquierda de botellón es su traición a una causa histórica. Que el ministro de Sanidad proponga un control riguroso para que las bebidas alcohólicas que consumen los jóvenes no estén adulteradas es una obviedad por tratarse de una obligación para cualquier Administración responsable y de un derecho de los ciudadanos, que confían en que la comida y la bebida estén sometidas por las autoridades a controles severos. Cosa distinta es la cuestión del consumo de alcohol entre adolescentes y jóvenes. Aquí se unen dos problemas aún más graves al de la adulteración de lo que beban: que lo hagan (adolescentes) y la cantidad en que lo hagan (jóvenes).

La lucha contra el alcohol que hacía estragos entre la clase obrera fue uno de los objetivos históricos del PSOE desde su nacimiento. No le preocupaba a Pablo Iglesias la calidad de lo que los obreros bebieran, sino que lo hicieran en cantidades autodestructivas. Es cierto que el PSOE nació de mostrador en mostrador en tabernas y casas de comidas madrileñas como El Brillante, Lisboa o Casa Labra; pero ni Pablo Iglesias, ni los médicos, tipógrafos, plateros, el doctor en Ciencias, el marmolista y el zapatero que fundaron el PSOE en Casa Labra el 2 de mayo de 1879 se reunían para coger cogorzas. Más bien lo contrario: desde el principio el socialismo fue enemigo acérrimo de las tabernas en que los obreros ahogaban sus miserias y gastaban sus jornales, condenando a sus familias a miserias aún más graves de las que ya padecían. "Existen todavía otras causas que debilitan la salud de gran número de trabajadores. Ante todo, la bebida; todas las seducciones, todas las posibles tentaciones, se juntan para empujar al obrero a la pasión de la bebida", escribió Engels en 1845. "¿Quiénes van a los garitos y tabernas? -se preguntaba el semanario La lucha de clases en 1905-. En su mayoría son trabajadores los que actúan en estos inmundos sitios… Trabajador: no sigas por ese camino, donde malgastas tu dinero haciendo perecer de hambre a tu familia". Todavía hay quien recuerda a las mujeres en las puertas de las tabernas, tratando de impedir que sus maridos se bebieran el jornal o esperándolos para llevarlos borrachos a sus casas.

Esta lucha, que lo era contra una dependencia que destruía a las personas y facilitaba su explotación, debería librarse hoy también desde la izquierda, en nombre de esos mismos ideales, en favor de otros explotados que ignoran que lo son: los jóvenes. De ellos podría decirse lo que Engels de los trabajadores: todas las seducciones se juntan para empujarlos a la pasión de la bebida.

Explotación y 'botellón' (y II)

Carlos Colón | Actualizado 28.02.2008

http://www.malagahoy.es/article/opinion/65354/explotacion/y/botellon/y/ii.html

Si terminábamos el lunes citando textos socialistas históricos -nada menos que de Engels, el primero- sobre los estragos del alcohol entre la clase trabajadora, permítaseme empezar hoy con una cita del gran socialista francés Jean Jaurés (1859-1914): "Si os detenéis a inquirir cuál es la orden del día sobre asuntos de política social en los grandes países civilizados encontraréis, más o menos desarrollado, un inmenso programa de acción democrática popular encaminado por todas partes a liberar la clase obrera de la doble plaga de la ignorancia y del alcoholismo... ¿Cómo conducir el proletariado a escalar los niveles de su grandeza y de su misión si permitimos que su energía sea envilecida o malignamente sobreexcitada en las fuentes mismas de la vida? Yo decía recientemente a uno de mis contradictores: para que pueda realizarse sin violencias una fecunda revolución social es preciso luchar contra el alcoholismo". Así podríamos seguir hasta llenar varios volúmenes con discursos socialistas contra el daño que el consumo abusivo alcohol hacía a los obreros, justificando la (interesada) mala opinión burguesa sobre ellos a la vez que incapacitándoles para transformar su situación.

De alguna manera los adolescentes y los jóvenes son hoy para el mercado algo parecido a lo que eran aquellos obreros para sus explotadores: una fuerza de consumo, no ya de trabajo, que procura inmensas riquezas lícitas e ilícitas. El pasado sábado, en el estupendo programa Callejeros que dirige Carolina Cubillo para Cuatro, lo pude comprobar una vez más al ver un espeluznante reportaje sobre los trenes de Cercanías que devolvían a sus casas a los jóvenes tras una noche de drogas y alcohol en botellones o discotecas instaladas en polígonos industriales.

Ante esta situación -que se da por igual entre jóvenes de todas las clases en pueblos y ciudades- la izquierda actual debería hacer en favor de los jóvenes lo que la izquierda histórica hizo para con los obreros: ayudarles a liberarse -utilizando las palabras de Jaurés- de la doble plaga de la ignorancia y del alcoholismo (o de las drogas, el consumo compulsivo de bienes superfluos y otras adicciones). Desgraciadamente la izquierda actual está demasiado enfangada en la confusa ciénaga en la que se hundió en el funesto 68 y en la cínica renuncia a la utopía del posterior desencanto posmoderno, demasiado presa de la nueva situación económica internacional, demasiado volcada en la conversión de la social democracia en social consumismo, y por todo ello demasiado ocupada en sobrevivir simulando que representa lo que representó, para hacerlo.

domingo, 3 de febrero de 2008

«Botellón» y derechos de los vecinos

«Botellón» y derechos de los vecinos. PEDRO Monfort Monfort.

Jueves. 31 de enero de 2008 ■ Levante - EL MERCANTIL VALENCIANO

La opinión pública conoce, por la reiterada denuncia hecha en los medios de comunicación, la merma que sufrimos en nuestros derechos los vecinos de las calles Isaac Peral, Barracas, Plaza Santa Clara... por el consumo en estas vías públicas de bebidas alcohólicas y tapas.

Baste, pues, enumerar, de nuevo, los agravios recibidos (contaminación acústica, aglomeración de personas que provocan inaccesibilidad al propio domicilio, suciedad extrema, daños en puertas, ventanas, paneles de timbres...), y los derechos sustraídos (descanso, tranquilidad, sueño, salud física y mental, libre circulación de personas y vehículos, higiene, limpieza, convivencia familiar y ciudadana...).

La esencia de la democracia, según los griegos, ísonomía, -igualdad de derechos entre los ciudadanos que habitan la polis- , se vulnera, pues, en este parte de la ciudad desde hace más de 25 años. Lo que más sorprende e intimida a los vecinos, -pues «buen puñao son tres moscas» a la hora de polemizar-, es que los tres grupos del Ayuntamiento, -PP, PSOE y BLOC-, que siempre y en todo, andan a la greña, se empeñen, al unísono, en mantener y defender una actividad presuntamente delictiva -el consumo de bebidas alcohólicas en vía pública-, que quiebra la igualdad de derechos entre los vecinos de Castellón. Indigna que los tres grupos políticos apoyen e incluso promuevan una actividad que presuntamente vulnera un sinfín de Leyes, Decretos, Ordenanzas..., a saber:

Ley 3/1997, de 16de Junio, sobre Drogodependencias y otros trastornos adictivos. Decreto 266/2004, de 3 de Diciembre, por el que se establecen normas de prevención y corrección de contaminación acústica. .. Ley 7/2002, de 3 de Diciembre, de la Generalitat Valenciana de protección contra la contaminación acústica (D.O.G.V. n° 4394, de 9-12-02).

Si el tema está tan claro, ¿Qué interés persiguen los grupos políticos al defender el consumo de bebidas alcohólicas en vía pública? ¿Qué presiones han de soportar del «lobby cervecero» para autorizar esta actividad? ¿Qué idea política los aglutina para que, al unísono, toleren y promuevan una actividad presuntamente delictiva que quiebra la isonomía y por tanto la democracia y vulnera leyes, decretos y ordenanzas?

Como en principio los políticos actúan de un modo desinteresado y son íntegros y valientes para soportar todo tipo de presiones buscaremos la idea política que les ha llevado a tomar una decisión equivocada a nuestro pobre entender.

Es la idea del «progreso» la que inspira a todos los grupos políticos del Ayuntamiento a optar por las tascas y sus clientes en detrimento de los vecinos.

El progreso lo invocan y lo persiguen la izquierda y la derecha política. El progreso indudablemente ha traído bienes: autonomía del sujeto, desarrollo de la ciencia, bienestar de muchos... El «progreso del botellón» de la zona de las tascas ha traído revitalización de la economía (sobre todo la de los dueños de las tascas), dinamización del centro de la ciudad (aunque en un área muy reducida y discriminando al resto de los bares a los que no les esta permitido montar el botellón en su calle), esparcimiento, diversión y convivencia de un sector de la sociedad... Pero el progreso lleva aparejado un costo humano y social que es inevitable. El costo no es desde luego menor. Las victimas del progreso viven siempre en «estado de excepción» es decir privados del disfrute de los derechos que los demás ciudadanos gozan (ciudadanos de 2ª categoría).

El «progreso» se excusa diciendo: «es un costo humano y social que trae y traerá bienestar a muchos» y ese lenguaje es el mismo, mutatis mutandis, que el de aquella ideología que afirmaba: «hay que sacrificar a la raza inferior para que no contamine a la superior». Si, lo más significativo es la insignificancia de la víctima en cuanto costo humano para alcanzar la felicidad de los otros. Las víctimas no son tratadas como objetos humanos. Aquella ideología que no hemos querido nombrar consideraba a los judíos como trapos (schamattes) y leños (figuren) y los vecinos de las calles de las tascas que protestamos por los agravios que recibimos del botellón somos calificados en prensa por algún representante político, -no todos afortunadamente-, de exagerados, intolerantes, señoritos ... En el fondo a las víctimas del botellón no se nos toma como sujetos de derechos cívicos y humanos sino como meras piezas de la sociedad. El verdadero sujeto de derechos para los grupos políticos del Ayuntamiento es la sociedad castellonense. Esa es la bio-política actual con las víctimas del botellón. Nuestros derechos han quedado relativizados, banalizados, subordinados a lo que conviene al progreso de Castello. Es la mentalidad del PP, del PSOE con matices (el Sr.CalIes manifiesta siempre su intención de respetar la legalidad vigente aunque no sabemos como podrá lograr la cuadratura del círculo) y del BLOC (el Sr. Nomdedéu es especialmente virulento en su defensa a ultranza del botellón de las tascas, sea cual fuere los agravios que han de soportar los vecinos). Sr. Nomdedéu reflexione ¿Soportaría usted que 100 ó 200 personas, aunque fueran monjes cartujos que ni hablan ni alborotan, tres días a la semana, durante 25 años, comieran y bebieran, de 20 a 24 horas, a la puerta de su domicilio y dejaran el resto del festín y otras cosas que no nombraré, en su calle, en su puerta, en sus ventanas para que estuviera al día siguiente entretenido limpiando?

Mientras los grupos políticos del ayuntamiento no se tomen en serio la afirmación tan usual pero utilizada banalmente, «el hombre es sujeto de derechos» la maquinaria del progreso, de los grandes proyectos, del botellón... irá triturando vecinos. El sujeto de los derechos es cada uno y todos los vecinos de carne y hueso que viven en esta ciudad. Y lo dicho vale para cada rincón de la ciudad y para toda actividad que con el pretexto de alcanzar un «bien superior» se vulneran los derechos de los vecinos y por ende la isonomía y la democracia.

Me temo que por la presente se quiebren los últimos lazos de amistad que me quedaban aún con algún miembro del «lobby cervecero» pero alea iacta est (la suerte esta echada) y mi parte y mi heredad esta con las victimas del botellón y no con quien lo promueve y tolera aunque sea el mismísimo Ayuntamiento.

sábado, 2 de febrero de 2008

Entrevista. Andreś Morey

Entrevista. Andreś Morey, Abogado especialista en ruidos

«Mi cliente quiso suicidarse por el ruido de un pub»

20 MINUTOS (20-05-2006) - M. FERNÁNDEZ

Este abogado, especialista en casos de ruido, era vecino de la zona Xúquer cuando se produjo el boom de los locales de ocio, por lo que conoce toda la problemática del ruido desde dentro.

Morey aconseja a los afectados que no aguanten y que reclamen cuanto antes.

¿Cómo vivió el problema del ruido en su caso?

Yo vivía en la calle Gorgos (Xúquer). Mi vida, igual que la de otros vecinos, cambió en los años ochenta cuando pasamos de tener todo tipo de comercios de barrio a quedarnos, en dos años, sólo con la farmacia y el estanco. Lo demás fue reconvertido en pubs, en total 125. Pensé qué podía hacerse. En 1994 salió la sentencia europea de López Ostra que condenó a España en materia de ruidos. Se nos ocurrió demandar al Ayuntamiento por vulnerar derechos fundamentales. Ganamos y, a partir de ahí, la gente empezó a reclamar.

¿Cuáles son las zonas con más afectados?

Pues estoy asesorando a vecinos de casi todas las zonas de ocio. Además de la plaza Xúquer, llevo a vecinos de Blasco Ibáñez, Menéndez Pelayo y el pasaje Dr. Bartual Moret. También de la zona de la discoteca Woody, Juan Llorens y del barrio del Carmen. Tenemos varios pleitos en marcha.

¿Cuál ha sido el caso más grave que ha llevado?

El de un cliente que intentó suicidarse al enterarse simplemente de la programación de conciertos de un pub. Otro caso en el que personal de un ayuntamiento intentó agredir físicamente a unos vecinos simplemente por atreverse a reclamar contra el Consistorio. Es un caso increíble que tengo pendiente en un juzgado.

Que un vecino ponga la música alta ¿es reclamable?

Eso es denunciable también, pero los temas entre vecinos son más complejos jurídicamente porque, como todo, hay que demostrarlo. La ley autonómica de contaminación acústica dice que se puede denunciar a un vecino ruidoso. También por propiedad horizontal, las comunidades de vecinos tienen acción de sanción.

¿La gente denuncia más?

Se están dando cuenta de que tienen unos derechos, que está pagando unos impuestos para recibir servicios y que están siendo desprotegidos o no amparados por las leyes. No se protegen sus derechos y encima se vulneran. Ese dolor que causa la injusticia los mueve a reclamar.

¿Están infravaloradas las consecuencias del ruido?

Están infravaloradas en muchas instituciones. No es lógico que con los años que han pasado desde lo de Xúquer estemos así. Me preocupa que las autoridades no se tomen esto con seriedad y que después de una sentencia europea, que nos ha sacado los colores, sigamos igual. Si no reaccionan, las sentencias cada vez serán más duras.

En tu opinión, ¿trasladar las zonas de ocio fuera de la ciudad sería la solución?

Sí, o llevarlas a zonas que, sin estar fuera de la ciudad, sean no residenciales, que tengan fácil acceso y que no haya viviendas en los alrededores que puedan verse perjudicadas por el impacto acústico de la gente que vaya a las zonas. Aunque, el circuito de Cheste también tiene problemas acústicos y la Generalitat lo ha eximido de cumplir la ley sin tener en cuenta los derechos fundamentales de los vecinos.

¿Recomiendas denunciar?

Recomiendo que no lleguen al extremo de decir voy a aguantar y esto les produzca un trastorno ansioso depresivo (tengo a un cliente que ha aguantado ocho años). Es muy bueno poder reclamar cuanto antes.

Biografía: Valencia, 1967. Llevó el caso de la vecina de Xúquer a la que el Tribunal Europeo le dio la razón tras años de pasividad del Ayuntamiento.