NUEVO: REVISION 2013 MAPA RUIDOS CASTELLON

Está a exposición pública la revisión del plan acústico municipal de 2007. Consulta los documentos pinchando en este enlace.

jueves, 30 de agosto de 2012

Madrid: Aprobación definitiva Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE)

Aprobación definitiva ZPAE

Madrid.jpg

Escrito por EQA LICENCIAS URBANÍSTICAS - Miércoles ago 29, 2012

En sesión celebrada el día 14 de agosto de 2012 la Junta de Gobierno de la Ciudad de Madrid ha aprobado definitivamente el citado “Proyecto de Declaración de Zona de Protección Acústica Especial” correspondiente al Distrito Centro.

Constatada la superación de los objetivos de calidad acústica, artículo 15 del Real Decreto 1367/2007, en cumplimiento del artículo 25 de la Ley 37/2003, la Ley del Ruido y el tiempo transcurrido desde la aprobación de la Z.A.A (2002) hacía necesario una revisión de las normas aprobadas, por lo que se ha procedido a a la declaración del área como Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE).

Las acciones a llevar a cabo en la zona delimitada como Z.P.A.E. se agrupan en función del grado de contaminación que presentan, atendiendo a dos cuestiones fundamentales:

  • Medidas orientadas a reducir el ruido producido por actividades de ocio nocturno ya existentes.
  • Medidas orientadas a reducir el ruido producido por actividades de ocio nocturno de nueva implantación.

Dentro de la ZPAE se definen zonas con distintos niveles de contaminación en función de la superación de los objetivos de calidad acústica. Así pues, atendiendo a los valores obtenidos en el estudio acústico de la zona y a la cantidad de decibelios que se superan los objetivos de calidad acústica, se delimitan en:

  • Zonas de contaminación acústica alta
  • Zonas de contaminación acústica moderada.
  • Zonas de contaminación acústica baja.

Dependiendo de la zona en que se encuentre el establecimiento, se fijan una serie de limitaciones para la implantación y/o modificación de actividades, así como para otros parámetros como horarios, terrazas de veladores……….

Por lo que los interesados en solicitar una licencia de actividad u obras en esta zona, tendrán que tener en cuenta las limitaciones establecidas en la nueva normativa de aplicación.

 

Declaración de Zona de Protección Acústica Especial y Plan Zonal específico del Distrito Centro.

Madrid2

Consultar enlace

La Junta de Gobierno de la Ciudad de Madrid, en sesión celebrada el día 29 de marzo de 2012, aprobó inicialmente el Proyecto de Declaración de Zona de Protección Acústica Especial correspondiente al Distrito Centro, así como del Plan Zonal Específico de la misma, y acordó someter a información pública el expediente por un período de un mes, contado a partir del día siguiente al de la publicación del anuncio en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM). Una vez finalizado el periodo de información pública y atendidas las alegaciones presentadas, estableciéndose las correspondientes modificaciones en el contenido del Plan, la Junta de Gobierno de la Ciudad de Madrid, en sesión celebrada el día 25 de julio de 2012, ha aprobado definitivamente el citado " Proyecto de Declaración de Zona de Protección Acústica Especial correspondiente al Distrito Centro ".

Órgano gestor:

Área de Gobierno de Medio Ambiente.

Fundamento Legal:

La Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido en el artículo 25 establece, entre los instrumentos de corrección de la contaminación acústica, la declaración de Zonas de Protección Acústica Especial de aquellas áreas en las que se incumplan los objetivos de calidad acústica. En las mismas se deben elaborar planes zonales específicos para la mejora acústica progresiva del medio ambiente, hasta alcanzar los objetivos de calidad en este ámbito.

La Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica (OPCAT)  aprobada por el pleno del Ayuntamiento de Madrid de 25 de febrero de 2011, regula en sus artículos 10 y concordantes la declaración de las Zonas de Protección Acústica Especial y los planes zonales específicos de las mismas.

 

Archivos relacionados

Icono de .pdf Memoria justificativa. Zonas de Protección Acústica Especial. (ZPAE) (PDF, 1,19 Mbytes)

Icono de .pdf Memoria. Zonas de Protección Acústica Especial. (ZPAE) (PDF, 5,68 Mbytes)

Icono de .pdf Normativa ZPAE distrito de Centro. (PDF, 2,28 Mbytes)

martes, 28 de agosto de 2012

El INDULTO del verano.

REGIÓN MURCIA

El Gobierno libra de la cárcel a los tres condenados por el ruido de un pub

Los dueños del Fraggle Rock, de Archena, juzgados por un delito medioambiental, ven rebajadas su pena por el Consejo de Ministros

La Verdad - 08.08.12 -EP / G. H. |

«El Gobierno sabe lo que hay que hacer».

«Son medidas imprescindibles de tomar: si se hubiesen tomado antes no habríamos llegado a esto».

El Consejo de Ministros ha acordado conmutar la pena de dos años y medio de cárcel por otra de dos años -lo que abre la puerta a eludir el ingreso en prisión- a tres propietarios de un pub ubicado en Archena que fueron condenados por un exceso de ruido que afectó a la salud de seis vecinos. La medida de gracia, a propuesta del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha sido concedido a Emilia Ibáñez, Sergio Ibáñez y Ascensión García.

Con la rebaja de la condena, según indican fuentes jurídicas, el Gobierno permite que se pueda aplicar el artículo 88 del Código Penal por el que se pueden sustituir a los reos no habituales las penas de cárcel que no excedan los dos años de prisión por multa, o multa y trabajos en beneficios de la comunidad.

El Juzgado de lo Penal número 5 de Murcia condenó en abril de 2009 a los dueños del pub Fraggle Rock por un delito contra el medio ambiente a la pena de dos años y medio de prisión y les inhabilitó durante dos años para desempeñar un oficio relacionado con un bar-cafetería o local abierto al público en el que se emita música.

En una sentencia, que fue confirmada por la Audiencia Provincial de Murcia, también se ordenó la clausura del Fraggle Rock por un periodo de cuatro años. El local había recibido casi cien denuncias por emitir música por encima del nivel permitido desde 2003 hasta 2007 y causar insomnios y síndrome de ansiedad a varios vecinos de la zona.

Vistos los informes del tribunal sentenciador y del Ministerio Fiscal, el Ejecutivo ha acordado rebajar a dos años de cárcel la pena impuesta y ha mantenido los demás pronunciamientos de la sentencia, a condición de que no vuelvan a cometer un delito doloso en el plazo de tres años desde la publicación de este real decreto.

mariano

Manifestaciones vecinales

En marzo de 2010, todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Archena aprobaron apoyar la petición de indulto para ellos. Los 17 concejales de la Corporación (10 del PP, 5 del PSOE y 2 de IU-LV) votaron por unanimidad la única moción del orden de día del Pleno extraordinario sobre la petición de indulto, a propuesta del Grupo Popular, para los propietarios del bar. Una semana antes, más de medio millar de vecinos se manifestaron solicitando que los condenados no ingresarán en prisión. La manifestación arrancó en la Plaza 1 de Mayo y se encaminó hacia el Ayuntamiento, donde los procesados dieron las gracias por el apoyo recibido. Sergio Ibáñez, manifestó su esperanza de que el alcalde apoyara una moción solicitando su indulto, como así finalmente ocurrió.

En febrero, la Audiencia Provincial había desestimado el recurso de los luego condenados, y se mostró contrario a pedir de oficio un indulto para ellos. La Sala, en su resolución, explicaba que «la pretendida solicitud de indulto parcial carece de razón alguna, especialmente cuando los acusados no han realizado comportamiento alguno dirigido a resarcir a los perjudicados ni a intentar disminuir los daños ocasionados o paliar los padecimientos de éstos».

La Audiencia respaldó la declaración de hechos probados que fijó el Juzgado de lo Penal en la que consta que la Policía Local de Archena llegó a realizar 50 informes-denuncias por los ruidos del local, mientras que 38 vecinos presentaron otras tantas denuncias en el Ayuntamiento y en la Consejería de Medio Ambiente. Se recogían también como hechos probados que «los acusados, durante los años 2003 hasta 2007, de forma consciente, reiterada y constante se dedicaron a poner música todos los días de apertura a unos niveles de potencia muy por encima de los permitidos».

Añadía que esta contaminación acústica, constitutiva de un delito contra el medio ambiente, fue la causante de los estados de ansiedad generalizada, insomnio, trauma acústico crónico, estrés y depresión de los vecinos que ya venían soportando las molestias de otro bar próximo, el Bucanero.

lunes, 27 de agosto de 2012

Somos ruido

 

  • La ley no basta para atajar un problema de raíz cultural potenciado por la prohibición de fumar

  • Los tribunales son sensibles al exceso de decibelios

  • Falta más implicación de gestores e ingenieros

 

El País - 10 AGO 2012 - CARMEN MORÁN

Las denuncias por ruidos más comunes son las relacionadas con discotecas. En la imagen, una de Barcelona. / I. ADEVA

Decir que España es un país ruidoso es revelar poco. Si se tiene en cuenta que el mayor culpable del estruendo habitual que se vive en las grandes ciudades es el tráfico, el verano podría ser un gran aliado para el descanso, pero no, porque las ventanas están abiertas, así que, lo uno por lo otro, el cacareo no amaina. Dos circunstancias vienen a llenar aún más de molestos sonidos el día y la noche y ambas tienen una raíz cultural, en sentido amplio. La primera es la acogida de extranjeros en nuestras ciudades que, procedentes de otras latitudes, traen con ellos nuevas formas de vida: es lo que podría llamarse el efecto bachata; la segunda también tiene que ver con un cambio en nuestras costumbres: ya no se fuma dentro de los bares, sino que se habla a voz en cuello en la puerta a cualquier hora de la madrugada.

Las denuncias
más frecuentes atañen
a bares, pero crecen
entre vecinos

El ruido está ampliamente regulado, hay normativa estatal, regional y local. Se hacen eco de un mandato constitucional, el de proteger la salud (artículo 43) y el medio ambiente (artículo 45) y se trata de poner coto a prácticas que puedan dañarlo, porque el ruido puede producir nocivos efectos físicos, como la sordera, pero también afectar, sencillamente, al bienestar. Los datos de la OCDE sitúan en 65 decibelios como promedio diario el umbral que no ha de traspasarse para no dañar el sistema auditivo. Y la OMS en 1999 rebajó a 55 el tope a partir del cual se puede hablar de molestias serias para el bienestar. Cuando se hacen estos cálculos, cuenta Pedro Cobo, investigador del Centro de Acústica Aplicada del CSIC, se suele penalizar con cinco puntos más el periodo de tarde y con 10 el de la noche para calcular un promedio más justo. En el interior de las viviendas no pueden emitirse más de 35 decibelios nocturnos.

Eso sobre el papel. Que le pregunten a Jorge Osset, del despacho de abogados Osset, especializados en contaminación acústica. “Generalmente las denuncias que más abundan son las relacionadas con bares y discotecas, pero últimamente hay más problemas entre vecinos. Familias que compran o alquilan una vivienda y acaban alterando el descanso del resto de la finca. Son otros estilos de vida, que chocan con los tradicionales y a veces se llega a situaciones insostenibles: fiestas, borracheras, peleas, muchas personas circulando por un piso que no tiene cabida para tanto inquilino”, menciona el abogado. Y músicas de otras latitudes. Osset no niega que en ocasiones se trata de inmigrantes, pero quiere insistir en que los españoles no necesitamos que vengan de fuera para enseñarnos qué es el ruido. Y si no, pongan tres Erasmus nacionales en un piso suizo, a ver qué pasa.

Un abogado cuenta:

“He conocido a quien tiraba la basura por la ventana”

“La Ley de Propiedad Horizontal ataja bien estas situaciones de ruido entre vecinos, permite a un juez revocar un contrato de arrendamiento e incluso puede privar a un propietario del uso de su vivienda hasta tres años. Es una medida muy dura, desde luego. Nosotros hemos tenido casos en que se les dejó sin casa durante un año”, asegura. Para llegar a esos niveles han tenido que mediar constantes llamadas a la policía, amenazas al resto del vecindario, denuncias varias. “Hay situaciones terribles, he conocido un caso que incluso tiraban la basura desde la ventana”, relata.

Cuando no hay forma de resolver esto por la vía de la buena vecindad se recurre a tribunales. Y eso, dice Osset, son años de lucha en ocasiones, aunque poco a poco van cayendo sentencias a favor de los vecinos que se desquiciaban con el piano de arriba, el del aire acondicionado del segundo, el restaurante del bajo… Desde 2006 viene batallando María Ángeles en un pueblo grande de Madrid que no quiere citar, porque, dice, “bastantes problemas hemos tenido ya con los vecinos, que ni nos hablan”. Porque una cosa es que uno de los inquilinos moleste a todos y otra cosa es lo que le pasa a esta familia. “Se trata de la puerta de entrada a la urbanización, de hierro y pegada a la estructura de la casa. Cada vez que alguien entra se oye un tremendo ruido al cerrar y solo nos afecta a nosotros porque es la vivienda que está pegada a la puerta. Ya llevo gastados 9.000 euros entre pleitos, mediciones privadas del ruido… Ahora tenemos una sentencia en firme para que esto se solucione, pero no hay forma. Se hubiera gastado menos la comunidad en arreglar la puerta que lo que van a tener que desembolsar con las sentencias”, asegura. María Ángeles cuenta el sufrimiento constante, la hija teniendo que irse donde los abuelos cuando tenía que estudiar, el matrimonio durmiendo en el salón para amortiguar el escándalo nocturno. Y, sobre todo, la incomprensión de los vecinos, “que no se lo creen, por más que les invitábamos a subir a comprobarlo”.

Castigo por estridente

  • Pianista excesiva. El sonido del piano también puede ser ruido y muy molesto. La Sala de lo Civil del Tribunal Supremo ha condenado este año a una familia de Valencia a indemnizar con 8.000 euros a sus vecinos del piso de arriba porque su hija, estudiante de cuarto de este instrumento, lo tocaba cualquier día de la semana, incluidos sábados y domingos sin respetar las horas de descanso. La sentencia obligaba a los condenados a dejar de tocar el instrumento o a adoptar medidas de insonorización porque acreditó que el ruido superaba el límite máximo permitido y vulneró la intimidad de la familia demandante.
  • Cárcel para el dueño y la encargada de un bar. Ocurrió en Sevilla. El dueño y la encargada del bar Coyote en Dos Hermanas ponían la música a “un volumen notoriamente excesivo, lo que ocasionaba ruidos intolerables en el interior de las casas de los vecinos”, según estimó la Audiencia de Sevilla. Fueron condenados a cuatro años de cárcel por afectar “gravemente” al sosiego y descanso nocturno de los vecinos. El tribunal entendió que los condenados sabían las molestias causadas.
  • Indemnización por pasividad. El Ayuntamiento de Sevilla fue condenado en 2011 a indemnizar con 15.000 euros a un matrimonio que vivía en el centro de la ciudad por haber desoído durante tres años sus denuncias sobre el ruido que emitía un supermercado próximo a su domicilio. El establecimiento funcionó sin licencia de apertura entre diciembre de 2002 y mayo de 2005.
  • Molesta cancela. Una comunidad de propietarios de la misma ciudad fue también obligada en 2011 a compensar con 6.000 euros a unos vecinos por los ruidos “excesivos e intolerables” de la cancela de entrada. Los ruidos les obligaron a mudarse para poder descansar.

Esta familia estuvo unos años viviendo en Suiza, donde las cosas son del todo al contrario. En cada consulta para este artículo siempre alguien salía con aquello de Suiza… “En Suiza no se puede tirar de la cisterna pasadas las once de la noche”, “en Suiza no puedes ducharte por la noche”. “En Suiza el mismo vecino que se toma un ponche en una fiestita en tu casa a las diez de la noche llama a la policía a las once si no se ha silenciado la música”… Leyenda urbana o no, lo cierto es que en Suiza, como en Alemania o en otros países al norte de los mediterráneos, la cosa cambia y mucho. Es una cuestión cultural, la gente lo tiene ya aprendido de siempre. Para ellos, el efecto bachata es España.

“Yo todavía estoy tomando pastillas para dormir”, dice María Ángeles, “pero mi marido tiene que trabajar temprano, no puede hacer eso”. Algunos de los afectados por el ruido acaba recurriendo a un psicólogo. “Pero no son tantos, porque muchos, cuando ven que el asunto no tiene visos de terminar, antes de ir a un especialista opta por abandonar su casa, venden y compran en otro lado”, dice el psicólogo Enrique García Huete. Él, sin embargo, ha tratado algunos casos. “No es lo mismo un ruido molesto, pero del que se tiene constancia de que terminará, como unas obras en la calle, que pueden causar irritabilidad, insomnio e incluso angustia, que un ruido que parece que no se resolverá nunca”, empieza. “Y tampoco se lo toma igual una persona que otra, porque algunas pueden dormir con una bomba al lado y otros se despiertan con un ruido mucho menor. Para estos últimos, la angustia de saber que esa fuente de ruido no va a cesar les ocasiona angustia, ansiedad, pero también indefensión cara al futuro, ya lo han probado todo, tapones, dormir con la radio, y nada les soluciona. Entran en una angustia auténtica, se preguntan qué hacer con su vida, y a veces acaban cambiando de piso”, dice García Huete.

Se puede llegar a situaciones de seudodepresión en las que la persona afectada anticipa la molestia. “Antes de llegar a casa ya van pensando en el martirio que se avecina otra noche más”, ejemplifica el psicólogo. García Huete también menciona los problemas que se están dando con otras culturas. “Esto creo que es más un asunto de convivencia y respeto, tanto da si es bachata en España, que estudiantes de Erasmus en Düsseldorf”.

Las culturas son diferentes pero
hay umbrales de
sentido común

A pesar de todo, dice que sobre este asunto del ruido, por más que haga la vida imposible a muchas familias, “no se puede hablar de epidemiología, no es ni mucho menos el principal objeto de las consultas al psicólogo”. Claro, que si los tribunales se retrasan, las sentencias no se ejecutan y las sanciones se hacen de rogar, uno prefiere cambiar de piso y dejar de gastar dinero en otras cosas… María Ángeles, la madrileña afectada de este reportaje, lo tiene así de claro. “No nos hemos ido ya porque no ha acabado de solucionarse el asunto, y no le vamos a dejar este embolado al que venga, pero en cuanto esto termine vendemos y nos vamos, al precio que sea. La situación con los vecinos es muy tensa. A veces algún otro siente la misma molestia por el ruido, pero no denuncia por miedo, por no enfrentarse con la comunidad, pero deberían hacerlo, en España se aguantan demasiadas cosas sin denunciar”, afirma. Y sí, sorprende el escándalo que un teatro puede hacer en plena Gran Vía madrileña cuando los operarios desmontan un escenario y cargan los grandes camiones con las cajas metálicas a las dos de la madrugada, a las tres, a voz en grito, y apenas se oyen quejas de los vecinos.

Con todo, el tráfico es el más peliagudo de los problemas cuando se trata de ruidos en las grandes ciudades. Entre el tráfico rodado (47%), el aéreo (14%) y el ferroviario (12%) suman la gran fuente de contaminación acústica. La industria y el comercio (11%) y el vecindario (16%) completan el concierto. “Combatir el ruido requiere de una solución sistémica que atañe a los productores, que deben hacer neumáticos y vehículos más silenciosos; a los gestores, que han de tomar medidas como la restricción del tráfico a determinadas horas o lugares; y a los ingenieros acústicos, que deben hacer sus aportaciones”, explica Pedro Cobo, del CSIC. En efecto, Cobo trabaja ahora en el desarrollo de un aparato que mida el ruido desde el interior de los propios vehículos, “una especie de caja negra que delate a ese conductor que acelera ruidosamente parado frente al semáforo, por ejemplo. Este aparato indicaría cuándo se han sobrepasado los umbrales establecidos. Eso se podría hacer cuando el vehículo pase la ITV, por ejemplo. Sería similar a esos dispositivos precintados que existen en las discotecas, donde un inspector puede comprobar si se han sobrepasado los decibelios permitidos”, dice Cobo.

“Pongan a tres de nuestros Erasmus
en un piso suizo y vean”, dice un experto

Ay, las discotecas y demás lugares de ocio y esparcimiento. Cuando muchos se habían gastado una buena suma en insonorizar el establecimiento, llega la ley del tabaco y echa los humos a la calle. La postal se veía venir. Grupos de personas hablando en el silencio de la noche sin tener en cuenta el descanso de los vecinos. “Tengo ganas de meterme con una de esas denuncias, que todavía no he tenido”, afirma el abogado Osset. “Porque el tono de voz y de alegría de esos grupos nocturnos no es el habitual. Tenemos muchas consultas sobre esto, pero aún no hemos iniciado un procedimiento y no sería difícil, al menos en Madrid, porque hay una ordenanza que prohíbe reuniones de grupo en la calle si se está haciendo ruido, y permite sancionar sin siquiera haber hecho una medición de los decibelios. Por otro lado, está prohibido beber en la calle, y no son pocos los que se salen con la copa”, asegura. Sin copa en la mano, poco pueden hacer los camareros para detener el cacareo que se monta a las puertas de sus insonorizados locales cuando toca fumar. Por eso, como dice el científico Pedro Cobo, no solo los fabricantes, los gestores o los ingenieros de acústica tienen algo que aportar en este asunto. “No nos engañemos, los ciudadanos tienen que poner de su parte”. Es una cuestión de educación y cultura. Todas son diferentes, pero hay umbrales de sentido común que permitirían abrir las ventanas en verano.

La batalla del ruido

 

En la última década, una serie de sentencias judiciales han condenado a dueños de bares incluso a penas de cárcel y han exigido a la administración daños y prejuicios

La Vanguardia - 27/07/2012 - Eva Millet

La batalla del ruido

Un vecino observa el sábado de madrugada su concurrida calle en Barcelona Laura Guerrero

Cada vez son más las personas que, hartas de sufrir el ruido y la pasividad de las autoridades locales, presentan batalla. En la última década, una serie de sentencias judiciales han condenado a dueños de bares incluso a penas de cárcel y han exigido a la administración daños y prejuicios. La del silencio no es una batalla perdida, aunque sí larga, dura y, a veces, incomprendida.

El ruido es una forma de tortura, y una visita a la web dela Plataforma Estatalde Asociaciones Contra el Ruido y las Actividades Molestas (Peacram) lo corrobora. Con 25.000 visitas mensuales, esta página recoge testimonios de personas afectadas por la contaminación acústica en España –país quela OCDE llegó a situar como el segundo más ruidoso, tras Japón, de entre los que esta organización analizó–. Personas que malviven a consecuencia de lo que la plataforma llama “la violencia acústica”, que tanto pueden ejercer vecinos como propietarios de locales y administraciones.

Isabel, una usuaria del foro, describe como sus vecinos “me torturan en mi propia casa con una música estridente, estrepitosa y chirriante. Durante horas y horas, con la complacencia del Ayuntamiento”. Se confiesa desesperada. Como una familia a quienes el aire acondicionado de un hotel cercano (“que no para ni un momento”), les ha “destrozado la vida y la salud”. Lo mismo le sucede a un madrileño bajo cuyo domicilio abrió un restaurante: “Sin insonorización, que invade mi casa con voces, golpes y música, noche tras noche”. Estas perturbaciones le han producido “taquicardias y desmayos”, dice.

La batalla del ruido

Un grupo de turistas bebe y se divierte de noche en una calle del barrio del Born de Barcelona, zona de locales musicales y restaurantes muy frecuentada. Es una imagen, como las otras fotos de este reportaje, que se repite en muchos municipios de España Laura Guerrero

Vecinos, bares, música, obras, maquinaria, aviones, tráfico, aires acondicionados… La violencia acústica tiene muchas formas, pero el denominador común es que puede llegar a romper a las personas física y psicológicamente. No en vano en Guantánamo el ruido se ha usado como forma de tortura. Sus efectos nocivos sobre la salud están demostrados científicamente y publicados en informes de organismos como la Organización Mundialdela Salud (OMS), que asegura que el ruido es “una amenaza subestimada” que puede provocar “serios problemas de salud a corto y largo plazo” y que afecta cada vez a más personas.

El ruido, como explica la psicoterapeuta Àngels Còrcoles, “nos afecta por vía directa e indirecta: es como respirar un gas tóxico…” La doctora enumera su papel en la cada vez más común sordera (“una enfermedad de nuestra civilización”) y en otras alteraciones, como la hipertensión. El ruido es responsable de un aumento de enfermedades por vía indirecta: desde problemas gástricos hasta infartos. En el terreno psicológico, continúa, “el ruido incrementa la agresividad, la falta de concentración, el insomnio y los tics; estos son los primeros síntomas, si se cronifica pueden aparecer episodios de ansiedad, angustia y depresiones”.

Los muchos testimonios en el foro dela Peacramratifican que el ruido es un problema de salud pública. También confirman la sensación de impotencia de los afectados. La mayoría cita la incomprensión, la falta de actuación o la lentitud de los ayuntamientos a la hora de actuar contra el ruido. Quejas que fueron confirmadas cuando, como explica desde Zaragoza el presidente dela Peacram, Ignacio Sáenz Cosculluela, “un riguroso estudio del Defensor del Pueblo en el 2005 ya dijo que los ayuntamientos no son eficaces (o no desean serlo) contra la contaminación acústica en general y la del ocio de manera particular”.

La batalla del ruido

Muchas motos y el tráfico en general son una de las principales fuentes de ruido urbanas. Laura Guerrero

La Peacram entiende que la situación del ruido en España “no es algo cultural ni inevitable” (como se alega en tantas ocasiones), sino que está generada “por la desidia y falta de sensibilidad medioambiental de nuestros responsables políticos”. Esta plataforma califica de “sangrante” la situación que se vive en los barrios con una gran concentración de locales de ocio. No es la única en detectar que, mientras que en España sí se trabaja para amortiguar los efectos nocivos del ruido en el trabajo, este reina en el mundo del ocio nocturno. Cosculluela apunta que “la contaminación acústica en este entorno es la más perversa, pues se da cuando la persona necesita el descanso, la tranquilidad de su domicilio”. En verano, época de ventanas abiertas, terrazas y fiestas patronales, este problema se agudiza. Para muchos afectados por el ruido, con el buen tiempo se inicia o incrementa una pesadilla de la que no parece haber más salida que tratar de soportarlo, aunque perjudique seriamente su salud.

Sin embargo, no todos se resignan. Cada vez hay más personas que denuncian, pleitean contra bares, vecinos y administraciones y… ganan. En los últimos años se ha sucedido una ristra de sentencias que han conseguido cerrar locales, abochornar a gobiernos municipales e, incluso, mandar a los causantes del ruido a prisión. Como la que en el 2006 condenó a Dionisio Mestre, administrador de un bar restaurante barcelonés (El Portet), a cuatro años de cárcel por un delito contra el medio ambiente, en la modalidad de contaminación acústica. Supuso la primera sentencia penal en España y en Europa de este tipo.

“A nivel social ha habido un cambio de paradigma: sufrir por el ruido era un tabú, pero hoy ya nos damos cuenta de que nos afecta a la salud”, explica el abogado Lluís Gallardo, defensor de los afectados en el citado caso y para quien, en estos últimos años, “ha sido fundamental poder convencer al estamento judicial de que el ruido lesiona la salud física y mental de las personas”. Gallardo, miembro dela Asociación Catalana Contra la Contaminación Acústica (Accca), cree que cada vez hay más activismo. “Desafortunadamente, el ruido cada vez está más descontrolado y la gente mínimamente inteligente se rebela –dice–. Se denuncia cada vez más; la percepción es que ha habido un cambio de jurisprudencia fuerte, además de una concienciación gracias a entidades como la nuestra y a los medios de comunicación”.

Gallardo se dedica profesionalmente a luchar contra el ruido desde hace más de una década. Es un ejemplo de un nuevo perfil profesional de abogado especializado en esta cuestión, que está apareciendo por todo el país. Recibe al año casi un millar de quejas y consultas. Cuando lleva adelante un caso, lo hace porque ve una base jurídica, por lo que el número de sentencias favorables es alto: casi el 80%. Se han ganado juicios contra vecinos –muy llamativa es la primera sentencia en España que expulsó a unos inquilinos por el ruido que provocaban– y contra responsables de locales y administraciones. La del restaurante El Portet no ha sido la única condena penal en que ha intervenido. También en el caso, cuya sentencia, con pena grave, condenó a María del Carmen Ahijado, propietaria del pub barcelonés Donegal, a cinco años y medio de prisión. Un caso que tuvo repercusión en la prensa internacional porque reconocía judicialmente por vez primera que el ruido también produce lesiones psíquicas. “En España, hay unas 20 sentencias penales por ruido, y de penas graves, con cuatro años o más de prisión, se han fallado cinco”, enumera Gallardo. La última la dictóla Audienciade Sevilla en marzo, al condenar a cuatro años de cárcel al dueño y a la encargada del bar Coyote por los “ruidos intolerables” de su local, que afectaron “gravemente” al descanso nocturno de los vecinos.

La batalla del ruido

Aparatos de aire acondicionado en un patio de vecinos, otro motivo usual de quejas Laura Guerrero

Las sentencias que ya se han dictado por toda España no sólo condenan a responsables de establecimientos. Cosculluela destaca “las condenas a ayuntamientos por inacción y a alcaldes por sus dejación de funciones, con penas de cárcel y/o de inhabilitación”. El responsable dela Peacramdestaca también “condenas a vecinos por usar indebidamente instrumentos musicales, por aires acondicionados, ruidos de supermercados, de terrazas, de locales falleros y un muy largo etcétera”. Para él, esto prueba que el ciudadano está cada vez más concienciado, aunque lamenta que, “en muchas ocasiones seguimos quejándonos en la escalera porque aún existe la idea de que es más importante el ocio de los otros que el derecho al disfrute de nuestra vivienda, sin reparar que esto supone una violación a nuestros derechos constitucionales”.

Tanto Cosculluela como Gallardo lamentan que, debido, en la mayoría de los casos a la ineficacia de la administración, los afectados tengan que sufrir auténticos calvarios hasta recobrar la paz. Un recorrido que puede llegar a implicar amenazas y ataques. Es el caso de Jordi Ibars y Mònica Ponz, un matrimonio de Seròs, un pequeño pueblo leridano (donde supuestamente podrían vivir tranquilos), que llevan tres años batallando por su derecho a dormir. Debido a ello, les han tratado de quemar su casa y han recibido amenazas de muerte, aseguran. El matrimonio, su hijo y los padres de Jordi viven en la casa donde él nació. Junto a ella hay un bar con terraza que, desde que cambió de titular, les ha hecho la vida imposible, afirman. Las sonometrías han probado que la familia, muchas noches, está expuesta a ruidos que causa el bar que exceden entre 64 y 128 veces el límite legal. Como el cálculo del ruido es exponencial (su efecto nocivo aumenta en progresión geométrica), el ruido que sufren, explica Jordi: “Sería como si un coche circulara a entre 3.200 km/h y 6.400 km/h en un núcleo urbano con velocidad limitada a 50 km/h”.

Primero, los Ibars optaron por el diálogo con el causante del ruido. No sirvió de nada. Entonces, acudieron al Ayuntamiento y presentaron un escrito firmado por 46 vecinos. No hubo respuesta. Continuaron protestando, pero, aunque las mediciones acústicas ratificaron que el local incumplía la normativa, la reacción municipal siguió siendo, explican, “la más absoluta inactividad”. Tras dos años, recurrieron a un abogado. El caso llegó a los tribunales y se condenó, en marzo pasado, al Ayuntamiento a adoptar, en el plazo más breve posible, las medidas necesarias por el exceso de ruido, así como a indemnizar al demandante. La rapidez de la justicia, explica Mònica “se debe a que se trató de un procedimiento especial porque se han lesionado dos derechos fundamentales recogidos enla Constitución, a la integridad física y moral, a la intimidad personal y familiar y a la inviolabilidad del domicilio”. También hay dos sentencias penales contra el titular y un cliente del bar, por faltas de amenazas.

La batalla del ruido

Jóvenes de una tuna cantan en la calle Laura Guerrero

El alcalde de Seròs, Gabriel Pena, se toma el asunto con calma. Pese a la sentencia condenatoria y al duro informe de la fiscalía, no es capaz de dar una fecha para ejecutar la sentencia: “Yo le he dicho al titular del bar ‘hazme el favor, adecúa el local, como dice el juez, y demuéstramelo’. ¿Qué más tengo qué hacer?”, pregunta. Ante la sugerencia de acelerar el proceso, la respuesta es vaga: “No sé; no tengo a mano la sentencia para decir cuánto tiempo tiene o deja de tener para cumplirla”.

Mientras, el bar funciona como siempre y los Ibars siguen sin poder dormir. El asunto les ha dañado la salud, provocándoles alteraciones físicas y psíquicas, que han implicado en Jordi un año y medio de baja laboral. “Todo esto nos ha cambiado la vida”, concluye Mònica. Sin embargo, no piensan tirar la toalla: si la sentencia no se ejecuta en el plazo establecido, van a pedir la ejecución definitiva y van a seguir luchando. “Esta es nuestra casa y no vamos a dejarla porque se haga un mal uso de un espacio”.

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Peñíscola medirá el ruido que genera el ocio nocturno en su casco antiguo

PEÑÍSCOLA A CAUSA DE LOS ÚLTIMOS CONFLICTOS

Peñíscola medirá el ruido que genera el ocio nocturno en su casco antiguo

El consistorio no descarta que el centro histórico sea declarado como nueva Zona Acústicamente Saturada. El Ayuntamiento efectuará sonometrías a lo largo de 35 noches y determinará una serie de medidas a aplicar

 

El eterno debate que se produce en los centros históricos sobre la conveniencia de ubicar locales de ocio nocturno está muy presente este verano en Peñíscola. Una de las últimas incidencias se produjo a las 7.00 horas del jueves, cuando un grupo de personas protagonizó una gran trifulca en la calle Mayor. Efectivos de la Policía Local y la Guardia Civil tuvieron que intervenir, tras la llamada de un vecino al 112, alertando de la pelea.

Desde el consistorio, el concejal de Urbanismo y Casco Antiguo, Romualdo Forner, explica que en la zona “se está aplicando la normativa vigente sobre contaminación acústica, según los informes técnicos disponibles”. Pero el curso de los acontecimientos en las últimas semanas ha supuesto la interposición de nuevas medidas. Propietarios de viviendas han explicado a Mediterráneo que se están realizando una serie de mediciones sonoras, para evaluar los efectos de la presencia de cientos de personas en la vía pública.

 

Estudio sonoro //

El edil ha confirmado la elaboración de este estudio, que comenzó en los primeros días de agosto (los de mayor presencia de gente) y que tendrá una duración de 35 noches. Una vez conocidos los resultados, se sopesarán las medidas a tomar, que podrían ir desde una serie de condiciones a los responsables de locales --con el fin de conjugar la actividad económica con el descanso-- a incluso la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS), con lo que la mayor parte de negocios tendrían que adelantar el horario de cierre. Peñíscola declaró la primera ZAS de la provincia de Castellón hace ya una década, debido a la concentración de locales de ocio nocturno en los bajos de una urbanización ubicada en primera línea de playa. Una declaración que supuso la total desaparición de este núcleo, y el traslado de la actividad de ocio al casco antiguo ciudad.

Las opiniones de vecinos y empresarios de la zona son variadas. Unos utilizan medios como las redes sociales para detallar los problemas de tráfico, ruidos, suciedad y vandalismo que se producen especialmente en la calle Mayor, que concentra a la mayor parte de locales, y que cuenta con dos discotecas. No hay día en que un vecino próximo a una de estas discotecas, Manuel Simó, no cuelgue en Facebook fotos o vídeos mostrando su queja por la situación que padecen.

Por otro lado, un empresario de la zona lamenta “la concentración de este tipo de negocios; hay terrazas con música suave y que cierran a las dos o tres de la madrugada, pero hay locales cuyos clientes están hasta las siete de la mañana y originan muchas molestias a los vecinos, y también a los clientes de los hostales”.