NUEVO: REVISION 2013 MAPA RUIDOS CASTELLON

Está a exposición pública la revisión del plan acústico municipal de 2007. Consulta los documentos pinchando en este enlace.

sábado, 13 de febrero de 2010

Opinión: Decibelios

OPINIÓN  -  Decibelios

Respecto al ruido, da la sensación de que el Ayuntamiento mata moscas a cañonazos

Albert Gimeno | 12/02/2010 | LaVanguardia

El control del ruido se ha convertido en una preocupación de los ayuntamientos, presionados por la protesta ciudadana. Hubo un tiempo en el que la sinfonía de bocinas y algarabías callejeras pertenecía a la postal habitual de ciudades, como por ejemplo en Barcelona. Las cosas han cambiado. La calle no tiene ahora ese claxon canalla ni la despreocupación por el decibelio en horario laboral, pero ha engordado la carga molestosa del estruendo a horas intempestivas.

El Ayuntamiento presentó ayer un plan para el nuevo decenio con el objetivo de amainar cualquier filón de protesta por vía auditiva. Entre los objetivos, adquiere especial importancia atar corto de nuevo a los automovilistas. Quizás las estadísticas indiquen que el principal foco de molestia decibélica proviene del asfalto pero tengo la sensación de que la mayor parte de ciudadanos de lo que está harta es del incordio que provoca el ruido de un local, un piso de vecinos, una brigada de albañiles o el concierto de pito que ofrecen al respetable los aspirantes a guardias urbanos cuando hacen prácticas en una esquina de la ciudad.

Respecto al ruido da la sensación que se matan moscas a cañonazos. O dejamos que la ciudad sea un amplificador constante, o cerramos el grifo y llegamos a cerrar un bar porque un vecino se quejaba de que le molestaba el ruido de la cisterna del váter. Quizás sea ese genio latino tan radical que anida en nuestro interior el que nos bambolea sin control entre el blanco y el negro pero sería recomendable un poco de sentido común. El exceso hay que combatirlo pero tampoco podemos convertir a esta ciudad en un decorado con sordina. Personalmente, creo que molesta más la pandilla de turistas ebrios que atraviesa de madrugada la puerta de un local nocturno para comentar animadamente la jugada en la calle, que el tráfico de vehículos en la ronda.

Por ese motivo quizás sería más conveniente invertir un poco más para mitigar lo que ocurre a pocos metros de donde viven los vecinos que por donde circulan los vehículos, a mucha más distancia de las viviendas. A lo mejor hay que pagar más horas extra a los urbanos para que paseen por delante de las zonas de ocio de la ciudad para dispersar a los parlanchines beodos.

También estaría bien conseguir un cambio normativo para evitar que quienes tienen un piso okupado martilleen a sus vecinos con sus bacanales acústicas, como ocurre desde hace tiempo en la avenida Mistral.

Y por qué no hablar de los famosos pisos de estudiantes que parecen elefantes cuando caminan de madrugada en su vivienda y se convierten en máquinas expendedoras de ruido sin ningún tipo de control, porque la presencia de la policía es un antídoto inútil. En cambio, la presión de la ley se ceba a veces en pequeños bares con un tipo rasgando las cuerdas de una guitarra porque a un vecino se empecina en arruinarle la vida al propietario.

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