SOCIEDAD
Cuatro años de cárcel por «ruidos intolerables»
La Audiencia de Sevilla condena a los dueños de un bar por afectar «gravemente el sosiego y el descanso»
ABC - 15/03/2012 - NURIA PÉREZ / DOS HERMANAS (SEVILLA)
Sufrieron «intenso estrés» y hasta depresiones. Los vecinos de un edificio ubicado en la Avenida de España de Dos Hermanas (Sevilla) soportaron durante casi un año los «ruidos intolerables» procedentes de un bar, El Coyote, instalado en los bajos de su bloque y a cuyos propietarios condena ahora la Audiencia Provincial de Sevilla a cuatro años de cárcel.
La sentencia de la Sección Séptima, a la que ha tenido acceso este periódico, entiende que el «excesivo» volumen de la música afectó «gravemente» al «sosiego y descanso nocturno» de los vecinos, especialmente, durante las madrugadas de los fines de semana.
La Audiencia considera así que Gabriel B.P., dueño del bar, y la encargada Sara B.M. cometieron un delito contra el medio ambiente desde al menos agosto del año 2007 hasta mayo de 2008. Junto a la pena de prisión, también tendrán que indemnizar con cuatro mil euros al único vecino que mantuvo su acusación hasta el momento del juicio.
Música a diario
«Su mujer no quería nada de dinero sino descansar por las noches porque le estaba costando la salud», aseguró ayer una vecina del bloque afectado. Y es que los procesados ponían la música «a diario» pese a que «conocían las graves molestias que causaban a los vecinos, que mostraban sus quejas». Una vez se marchaba del lugar la Policía, los acusados «volvían a conectar la música».
Las «continuas» molestias provocaron que el Ayuntamiento nazareno abriera al bar un expediente sancionador por los «ruidos abusivos». Más tarde, el 14 de diciembre de 2007, se ordenó como medida provisional el precinto del «foco emisor», si bien los acusados lograron «burlar» la orden al conectar «un ordenador y un televisor a un amplificador» para emitir música a «elevado» volumen sin pasar por el limitador. La suspensión del bar llegó finalmente en enero de 2008, aunque «nunca» se atendieron los requerimientos y la Policía tuvo que precintar nuevamente el bar tres meses después.
Pese a esta orden de cierre, «se hacían fiestas privadas hasta las siete de la mañana», aseguraba ayer una vecina del bloque que reconocía el «miedo» que sentían los afectados por las «amenazas» recibidas.
Durante el juicio, una psicóloga advirtió, precisamente, que una de las vecinas «presentaba malestar emocional, depresión y hostilidad por síntomas que incluyen vivencias disfóricas, de desánimo, falta de energía, así como ideas destructivas, alteraciones del sueño y del apetito». Aunque los ruidos cesaron en el mes de mayo de 2008—una cafetería ocupa hoy el local—, la mujer aún sufría síntomas en noviembre de 2010.
Por estos hechos, la Audiencia Provincial condena a cada uno de los acusados a cuatro años y un día de cárcel por un delito contra el medio ambiente en su modalidad de contaminación acústica, agravado por el hecho de que ambos, «de modo clamoroso, desobedecieron las órdenes expresas de cesar en su conducta generadora de ruidos no permitidos».
Cuatro años de cárcel para los dueños de un bar por "ruidos intolerables"
La Audiencia considera que los dueños del local afectaron "gravemente" al sosiego y descanso
El País – 14/03/12 - Sevilla 14 MAR 2012
La Audiencia de Sevilla ha condenado a cuatro años de cárcel al dueño y a la encargada de un bar por los "ruidos intolerables" que durante varios años emitieron desde su bar, que afectaron "gravemente" al sosiego y descanso nocturno de los vecinos.
Una sentencia de la Sección Séptima, a la que ha tenido acceso Efe, asegura que los acusados ponían en su bar "Coyote" de Dos Hermanas (Sevilla) música "a un volumen notoriamente excesivo, lo que ocasionaba ruidos intolerables en el interior de las casas de los vecinos", y en varias ocasiones rompieron los precintos que colocaba la Policía Local.
El acusado Gabriel B.P., dueño del bar situado en la Avenida de España, y la encargada Sara B.M. cometieron este delito contra el medio ambiente desde al menos agosto de 2007 hasta mayo de 2008, por lo que junto a los cuatro años de cárcel son condenados a indemnizar en cuatro mil euros al único vecino que mantuvo su acusación hasta el momento del juicio.
Los acusados ponían la música "a diario en horario nocturno y en especial durante las madrugadas de todos los fines de semana". Ambos "conocían las graves molestias que causaban a los vecinos, quienes les mostraban sus quejas" pero pese a las constantes inspecciones de la Policía Local "volvían a conectar la música". Como consecuencia de numerosas denuncias administrativas y policiales, los agentes comprobaron "el exceso de ruido en todos los casos y, en algunas inspecciones, las medidas puestas por los acusados para no ser descubiertos", explica la sentencia. En el expediente sancionador abierto por el Ayuntamiento se detectó entre el 19 y 24 de noviembre de 2007 que los niveles de ruidos "superaban el límite permitido en 6 decibelios diurnos y en 16 nocturnos".
Añade el fallo que el 29 de diciembre de 2007 los técnicos policiales comprobaron que el domicilio de A.V.M. se superaban en 2,9 decibelios a las 0:10 horas los límites máximos de enmisión sonora establecidos reglamentariamente. Por esta razón se dictó resolución municipal el 14 de diciembre de 2007 ordenando el precinto del foco emisor de ruido, por lo que el 14 de enero de 2008, al haberse comprobado por medición el exceso acústico y el incumplimiento de las resoluciones del Ayuntamiento, se ordenó la suspensión de la actividad del bar. Dicha orden fue notificada al acusado el 25 de enero de 2008 aunque ni él ni la encargada, que decía ser también dueña del negocio, atendieron nunca los requerimientos.
Según los jueces, para burlar la orden de diciembre de 2007, los acusados, si bien mantenían el precinto del reproductor de música, habían conectado un ordenador y un televisor a un amplificador para emitir música a elevado volumen sin pasar por el limitador. El 28 de abril de 2008 se volvió a precintar el aparato de música y la Policía indicó al acusado de que, de quebrantarlo, cometerían un delito, pero pese a ello el 14 de mayo de ese año la Policía constató que "el precintado y la orden de cierre estaban tirados en el suelo". Debido a la exposición reiterada a ruidos por su frecuencia, intensidad, duración y falta de control, los vecinos vieron "gravemente afectado su sosiego, descanso nocturno y conducta", lo que les ha generado "intenso estrés, con el consiguiente riesgo de afectar gravemente a su salud general".
1 comentario:
Está muy bien que comiencen a condenar con cárcel a gente que ocasiona tan graves molestias, aunque ya nada puede reparar el padecimiento de los afectados.
¡A ver cuándo se mete mano también a las autoridades que consienten esos escándalos durante años y años...!
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