El viernes conocimos la sentencia del Tribunal Supremo en la que se condenaba a Manuel Vilanova, alcalde de Vila-real, a pena de carcel y pena de inhabilitación de 8 años por su inhibición ante las denuncias vecinales por los ruidos producidos por una azulejera.
No entramos en si es exhaustiva la pena de carcel (hay un delito de prevaricación), pero el hacer oidos sordos a las reclamaciones de los vecinos debe de comportar la inhabilitación del mandatario público. Creemos que es una sentencia ejemplarizante.
Levante de Castelló (Martes 28 de noviembre de 2006)
Levante de Castelló (Martes 28 de noviembre de 2006)
Viñeta de Xipell
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