GRANADA
El juez Calatayud no ve voluntad política para frenar el problema y critica el acceso libre al botellódromo de la capital
Ideal - 05.05.09 - C. M. | GRANADA
Emilio Calatayud. / IDEAL
La venta de alcohol a adolescentes es una 'practica comercial' muy lucrativa. Ese es el nudo gordiano del problema. Al menos eso es lo que piensa el magistrado Emilio Calatayud, titular del Juzgado de Menores número 1 de Granada. «Lamentablemente el menor es negocio, un gran negocio diría yo, y prima el interés económico por encima de cualquier otra consideración. Desgraciadamente es así, pero no debería», dijo Calatayud, al tiempo que recordó que, hace una década, pidió ayuda a algunos de los chavales que pasan por su juzgado para elaborar una lista de locales de ocio de Granada en los que se vendía alcohol a menores: aquella relación de bares infractores incluía no menos de veinte nombres.
«Después de conocer la denuncia de esta madre contra una discoteca, una idea que aplaudo y apoyo, observo que las cosas no han cambiado, que hay que seguir insistiendo en este tema, que es serio», razonó el jurista.
En su opinión, no existe «una voluntad política» para perseguir una conducta, la de proporcionar alcohol a jóvenes que no han alcanzado la mayoría de edad, que no es delito, pero quizá debiera serlo. «Ahora mismo es una infracción administrativa que contempla multas que pueden llegar, y hablo de memoria, hasta los 600.000 euros, que sería un castigo suficiente si se aplicase, pero no se aplica o se aplica poco. Y al establecimiento le interesa que sea un asunto administrativo, porque, entre recurso y recurso, sigue haciendo caja. Y luego igual sólo tiene que pagar una multa de 300 euros. Le compensa. A lo mejor había que ir pensando en hacer alguna modificación legal para penalizar la venta de alcohol a menores», sugirió el popular magistrado granadino.
En este sentido, Calatayud recordó que existe una norma de rango máximo que obliga «a todos» a velar por la integridad psíquica y física de los menores. «Lo dice la Ley Orgánica de Protección del Menor y, cuando se vende alcohol a chicos de quince años, no se está cumpliendo. Las autoridades tienen que actuar. Está claro. No puede primar el interés económico por encima del interés del menor», advirtió el juez.
Recinto cerrado
En la misma línea, Calatayud afirmó que el botellódromo de Granada, el lugar que ha acotado el Ayuntamiento para que los jóvenes puedan beber, debería ser un recinto cerrado. «No puede ser que el acceso sea libre. ¿Quién vigila para que no haya menores consumiendo alcohol? Me temo que nadie. Deberían estar la Policía controlando ese tema. Somos demasiado permisivos y tolerantes con el alcohol. Y nos estamos equivocando», recalcó el titular del Juzgado de Menores número 1.
No hay comentarios:
Publicar un comentario