Abogado de organizaciones ecologistas
José Luis Ramos: ´La presión social debe contrarrestar la presión política sobre los tribunales´
. Ex obrero de Ford, ex agricultor y ahora abogado comprometido. josé aleixandre
Impidió con sus recursos la urbanización del marjal de Massamagrell. Ha logrado condenas para empresarios y alcaldes como el de Xeresa por aterrar marjales. Fue activista de la izquierda radical en el FOC, obrero en Ford y agricultor, donde se destrozó la espalda. Solo tardíamente se hizo abogado para "no doblar el lomo". Ahora defiende a los perjudicados por los PAI.
Levante – 18/05/09 - J. Sierra, Valencia
-¿Qué ha significado para la conservación del Medio Ambiente la sentencia que paralizó la urbanización del marjal de Massamagrell?
-A raíz de la sentencia de Massamagrell todo cambió. Cada vez que le ha llegado un asunto al TSJ intentando impugnar el catálogo de zonas humedas o negar esa característica a una marjal costera el tribunal ha dicho ese conflicto esta resuelto por la sentencia de Massamagrell.
-En su trayectoria hay dos hitos claros: Massamagrell y la condena al alcalde de Xeresa. ¿Con cuál se queda?
-Son casos y vías distintas. En Massamagrell lo que dice la Justicia es que la naturaleza humeda de un terreno depende de sus propias características y no de su inclusión en un catálogo. Por cierto que antes de esta sentencia existe un antecedente que me fue muy útil y que sacasteis en Levante sobre el Aiguamolls de Pals.
-¿Y en Xeresa?
-En Xeresa lo importante es que cuando el Código Penal introduce el delito ecológico se intenta dar cobertura a los aterramientos. Lo que hace el alcalde es dar licencias y entonces le condenan por el delito de prevaricación.
-Recientemente se ha condenado a un empresario por aterrar un marjal en Tavernes y usted estaba también detrás de la denuncia...
-En Tavernes se llegó a la vía penal por unos aterramientos. Cuando lo archivó la audiencia dijeron que aquello era un secano, en parte por los informes de Medio Ambiente. Entonces iniciamos la vía contenciosa que ha acabado ahora, después de siete años, con la condena al empresario y la obligación de que restituya el daño.
-¿Siete años?
-La vía contenciosa ha durado siete años porque la conselleria llegó a decir que no tenía planos ni podía identificar la parcela. Por eso perdimos. En segunda instancia pedí prueba y el magistrado volvió a reclamar informes a la Generalitat, que se excusó diciendo que sus datos eran antiguos, que se habían perdido... Le dimos al magistrado pelos y señales de dónde está la parcela y de quien era el técnico. El magistrado le dio 48 horas para aportar planos e informes. Le sobraron 24 horas.
-¿Cuál ha sido la actitud de la Generalitat en estos casos: la defensa del interés general?
-Al contrario: una resistencia, notoria, activa, escandalosa. En Massamagrell los tuvimos como parte contraria y con sus abogados en todo el procedimiento. Sólo cuando salió la sentencia favorable a nosotros, Canal 9 sacó al conseller Fernando Modrego diciendo que se alegraba del fallo.
-Generalmente solo se les pide que informen...
-Hay una resistencia descarada en todos los casos aunque quizá la más evidente fue en la condena a Cipriano Fluixá, el ex alcalde de Xeresa. Ganó siendo de Unión Valenciana y esa misma noche se pasó al PP. Pues bien, costó más de dos años que la conselleria remitiera los informes y lo hizo con datos que sirvieron al juez para absolver al alcalde inicialmente.
-Usted se ha enfrentado a grandes abogados. Recuerdo ver al ex alcalde de Xeresa con el letrado Javier Boix, el elegido por Francisco Camps para su defensa...
-Es muy bueno. Hoy me viene un amigo del pueblo con problemas y le voy a recomendar a Boix.Yo solo he llevado tres casos en la vida Penal y no quiero llevar más.
-¿No está cómodo con el derecho Penal?
-No es eso. Tengo algunas limitaciones físicas y trabajo solo. La vía Penal exige mucha dedicación y un ritmo frenético. No puedo con esos nervios. En el contencioso todo es escrito y puedo hacerlo a mi ritmo.
-Y enfrente grandes bufetes o los servicios jurídicos de la Generalitat. ¿Cómo se compensa esa desventaja?
-En todo conflicto privado creo que el Magistrado tiene un claro interés de hacer justicia, de aplicar el ordenamiento jurídico. Y así ocurre en el 99% de casos. Pero en aquellos conflictos jurídicos de trascendencia política, donde el poder político tiene una fuerte implicación, ese poder se ejerce. Para que prosperen casos como el de Massamagrell se tienen que dar tres requisitos: tener razón legal, probarla tal como quiere el tribunal y que la presión social sea capaz de contrarrestar la presión política que se ejerce en los tribunales. En Massamagrell tuvimos la suerte de acorralarles. No vas a ningún lado si no los acorralas.
-¿Acorralarles?
- Sí, es una serie de acciones que van en esa dirección, pero mejor no dar pistas. Yo estuve unos meses en los que la sala de lo Contencioso se burlaba de mí. "No insista que eso - el marjal de Massamagrell- es un campo de naranjos, no sea repetitivo", me decían.
-¿Y la Fiscalía?
- Se escondía. Fui a la Fiscalía del TSJ con las fotos de cómo estaban arrasando el marjal y me dijeron que no estaba el fiscal del caso. Hice como que me iba y volví a la carrera para colarme en el despacho del fiscal, que curiosamente sí estaba. Le enseñé las fotos y le dije que cuando pasan esas cosas no valen protocolos. Me daba largas.
-¿Ha evolucionado el papel de la Fiscalía?
-Ha habido cambios, pero lentos. Hubo un fiscal que me dijo: ya sabes José Luis, el paro, las familias, la situación económica.... Eso marcó mucho tiempo.
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