Ana Calvo - HoyMujer.com
Salir, beber, el rollo de siempre... Así de contundente reza el estribillo de la canción. Sin embargo, lejos de la ficción musical, parece que ése precisamente es el plan favorito de los jóvenes en sus ratos de ocio. Según afirma el último estudio de la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción) “Ocio y Riesgo de los jóvenes madrileños”, el 76% de los chicos y chicas de entre 15 y 24 ven la noche como una aventura en la que les gusta no saber qué va a pasar, el 26% tuvo relaciones sexuales de riesgo con parejas no habituales en el último año, casi el 70% se emborrachó alguna vez y más del 45% viajó con un conductor borracho o drogado.
Más del 80% de los jóvenes madrileños de 15 a 24 años centran su forma de ocio en la marcha nocturna y afirman que prefieren salir toda la noche, a pesar de los riesgos (embriaguez, peleas, relaciones sexuales sin protección, etc.) que puede implicar. Ésta es una de las principales conclusiones del estudio “Ocio y riesgos de los jóvenes madrileños” realizado por la FAD, Obra Social Caja Madrid y el Instituto de Adicciones del Ayuntamiento de Madrid.
“Ocio y riesgos de los jóvenes madrileños” F.A.D. (ver artículo en pdf)
Alcohol, drogas y sexo sin protección
Aunque parezca un tópico desfasado de décadas atrás, el "código del ocio joven" parece seguir regido por este peligroso trinomio. Según los datos del estudio, un 76% de los más de 1200 encuestados defiende la noche como aventura en la que lo interesante es, precisamente, no saber qué va a pasar. El descontrol se antoja como algo apetecible para un 64% de los jóvenes, que asegura que desfasar es divertido; mientras que el 56% cree que la prudencia arruina la diversión.
Los datos sobre los hábitos sexuales no son más esperanzadores: más de un tercio de los encuestados defiende una postura tan radical como la de que “el preservativo me corta el rollo”.
Las cifras hablan solas
El 25,9% encuestados ha tenido relaciones sexuales de riesgo en el último año con una pareja no habitual; el 69,1% se ha emborrachado y el 45,4% ha viajado con un conductor bebido o drogado. ¿Te asustan los datos? Pues no se quedan ahí... Según este estudio, un 10% cree que hay que probar las drogas y casi el mismo porcentaje reconoce fumar cannabis a diario. Además, entre el 18 y el 25% entiende que el riesgo de las relaciones sexuales es sólo para las chicas, que se exagera demasiado con el tema y que, en algunos casos, no se necesita en absoluto ningún tipo de protección.
Fin de semana = diversión = "salir de fiesta"
¿Qué hacen nuestros hijos cuando llega el fin de semana? Dos actividades destacan por encima del resto: estar con los amigos (62,6%) y escuchar música (65,6%). Por detrás y con porcentajes cercanos al 40 de cada 100, navegar por Internet, ver la televisión e ir a bares o discotecas. Sin embargo, las actividades culturales (10%) y pasar tiempo con la familia (25%) no se encuentra entre sus formas favoritas de ocio, al igual que, sorprendentemente, hacer botellón, en el que sólo admiten participar de forma habitual dos de cada diez jóvenes.
¿Qué dicen los padres de todo esto?
Según las conclusiones a las que llega el estudio realizado por la FAD, es cierto que los padres se sienten alarmados y un tanto ansiosos ante las amenazas que creen que sus hijos están viviendo. Sin embargo, sus actitud pasa por la resignación ante la idea de que esas amenazas tienen vida independiente y son ajenas a sus hijos, de los que esperan que sean “algo diferentes” porque están “bien educados” y se salgan así de las estadísticas.
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“Ocio y riesgos de los jóvenes madrileños” F.A.D. (ver artículo en pdf)
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Según la investigación “Ocio y riesgos de los jóvenes madrileños” realizada por la FAD, Obra Social Caja Madrid y el Instituto de Adicciones del Ayuntamiento de Madrid
Al 81% de los jóvenes madrileños les compensa salir de marcha toda la noche
- “Ocio (y riesgos) de los jóvenes madrileños” presenta una visión completa de los comportamientos de riesgo y el tiempo de ocio de los jóvenes madrileños (15-24 años).
- Un 76% de los jóvenes madrileños defiende la noche como aventura y señala que lo que le gusta es precisamente no saber qué va a pasar.
- El 25,9 de los jóvenes madrileños tuvo relaciones sexuales en el último año (con pareja no habitual) sin preservativo; el 69,1% se emborrachó y el 45,4% viajó con un conductor bebido o drogado.
(Madrid, 27 de enero de 2010).- Más del 80% de los jóvenes madrileños de 15 a 24 años centran su forma de ocio en la marcha nocturna y afirman que les compensa salir toda la noche, a pesar de los riesgos (embriaguez, peleas, relaciones sexuales sin protección, etc.) que puede implicar. Ésta es una de las principales conclusiones del estudio “Ocio y riesgos de los jóvenes madrileños” realizado por la FAD, Obra Social Caja Madrid y el Instituto de Adicciones del Ayuntamiento de Madrid que esta mañana se ha presentado en Madrid.
El objetivo de la investigación –realizada través de 1.200 entrevistas domiciliarias y 11 grupos de discusión- es analizar las formas de ocio y los riesgos que viven en esos espacios/tiempos de ocio los jóvenes madrileños de 15 a 24 años. El estudio también analiza las actitudes de los padres/madres ante los comportamientos de sus hijos.
Según los datos del estudio, un 76% de los jóvenes madrileños defiende la noche como aventura y señala que lo que le gusta es precisamente no saber qué va a pasar. Algunos menos (69,5%) desplazan la vivencia del riesgo, entendiendo que en cualquier caso el grupo les va a proteger, o se plantean posturas de clara defensa del descontrol (un 64% asegura que desfasar es divertido, otro 56% cree que la prudencia arruina la diversión o que finalmente no va a pasar nada). Algunos menos (34%) defienden una postura tan radical como la de que “el preservativo me corta el rollo”, mientras que casi los mismos (un 33%) son los que están en ciertos niveles de acuerdo con que para no meterse en líos es preferible no salir de casa.
SALIR DE MARCHA, ACTIVIDAD VERTEBRADORA DEL OCIO JUVENIL
En el estudio queda fuera de toda duda la trascendencia del tiempo de ocio para los jóvenes, como espacio para la experimentación, como fractura en la rutina cotidiana, como instrumento esencial en la búsqueda de una identidad personal y grupal, incluso como oportunidad de ejercicio de los tópicos que la sociedad adulta espera del joven.
Su tiempo de ocio lo identifican exclusivamente con “salir de marcha”. El resto de actividades es tiempo libre. Los jóvenes se comportan así porque se supone que las cosas son así, así se espera que sean, y las actitudes y comportamientos individuales aspiran a ser sintónicos con el clima general. El ocio se mueve en contextos de riesgo, muchos de sus componentes son arriesgados por sí mismos, pero los jóvenes asumen que hay que convivir con ellos.
Para los jóvenes es irrenunciable la fiesta, ejemplificada sobre todo y ante todo en las noches del fin de semana. Así, el ocio-fiesta se convierte en la actividad principal; se argumentan muchos motivos por los cuales es muy difícil o imposible para el joven enfrentar actividades alternativas, pero la realidad última es que sólo en este tipo de conducta se da la base para las relaciones sociales y para la experimentación de emociones (sea por consumos, sea por comportamientos) que el joven demanda como principal activo. La relación con el grupo es uno de los elementos que más motiva a los
jóvenes y que les aporta mayor emoción; la posibilidad de salir y relacionarse, la experimentación de las búsquedas y los encuentros sexuales, compartir historias, anécdotas y aventuras, hablar e interactuar con los amigos, ampliar la base de conocidos para extender lo más posible el círculo relacional, son el sustento, el objetivo y la estrategia de cualquier actividad de ocio joven en el fin de semana. Y el amparo de la noche es fundamental, porque es el territorio por excelencia de lo desconocido.
FRECUENCIA DE COMPORTAMIENTOS DE RIESGO
Es importante señalar como algo muy significativo el bajo rango de gravedad (grupos amplios le quitan importancia) que se otorga a la embriaguez o al hecho de tener relaciones sexuales estando bebido, circunstancias claramente relacionadas Y que resultan ampliamente normalizadas: El 25,9 de los jóvenes madrileños ha tenido relaciones sexuales en el último año (con pareja no habitual) sin preservativo; el 69,1% se ha emborrachado y el 45,4% ha viajado con un conductor bebido o drogado.
Un 10% cree en términos absolutos que hay que probar las drogas, el 15% apuesta por que consumir drogas es cosa de jóvenes, más o menos el mismo porcentaje encuentra emocionante la velocidad, y entre el 18 y 25% entiende que el riesgo de las relaciones sexuales es sólo para las chicas, que se exagera mucho y que en algunos casos no se necesita en absoluto ningún tipo de protección.
Casi siete de cada diez dicen haberse emborrachado en el último año (el 32% entre cuatro y veinte veces y un 18,8% casi todos los fines de semana). Más del 45% viajó con alguien que había bebido o tomado drogas (13,4% con frecuencia media y casi el 2,5% de forma habitual). Un 31,4% se vio envuelto en peleas (7,4% con cierta frecuencia y 1,5% habitualmente). Más del 25% tuvo relaciones sexuales sin preservativo (7,2% hasta veinte veces y 2,0% todos los fines de semana). Un 13% condujo bebido (3,9% con frecuencia intermedia y 1,7% con gran frecuencia). Un 11,3% provocó peleas (1,5% con cierta frecuencia y 1,9% habitualmente). Y un 6,8% de jóvenes condujo habiendo consumido drogas (1,8% con frecuencia media y 2,2% casi todos los fines de semana).
En concreto, en su relación con las drogas, casi el 15% bebió hasta veinte veces en el último año, un 47,8% lo hizo todos los fines de semana y casi el 5% bebió a diario. El consumo de cánnabis para las diversas frecuencias fue de 5,8% hasta veinte veces, del 7,4% en los fines de semana y del 8,8% para el consumo diario. Un 1,3% consumió éxtasis, anfetaminas o alucinógenos hasta veinte veces al año, igual proporción que la que consumió cocaína; también para la frecuencia semanal se da una similitud en los consumos de estos productos (0,8% para la pastillas y 0,6% para la cocaína); y la coincidencia vuelve a ser absoluta en el consumo diario (1,0% para los dos tipos de sustancias). Los consumos de heroína son residuales, acumulándose en el tramo del consumo diario (1,3%), lo que indicaría la rareza del consumo experimental o el hecho de que el consumo es casi todo él de carácter adictivo.
SUS ACTIVIDADES PREFERIDAS
Dos actividades destacan por encima del resto: “estar con amigos” (62,6%) y “escuchar música/radio” (65,6%). Otras tres actividades (“Internet”, “ver televisión” e “ir a bares/discotecas”) consiguen que cerca de un 40% de jóvenes declaren realizarlas de forma muy frecuente.
Son menos de uno de cada diez los que dicen realizar con frecuencia un conjunto de actividades culturales o solidarias (leer, ir al cine o al teatro, visitar museos, viajar o colaborar con ONG’s.
Los encuestados señalan que predominantemente pasan el fin de semana con “colegas” (el 52% casi todo el tiempo y el 31% la mitad del mismo). Además, parece que es así como quieren hacerlo puesto que más de nueve de cada diez dicen que ese tiempo pasado con los amigos les resulta enormemente satisfactorio. Sólo uno de cada cuatro dedica gran parte del fin de semana a estar con la familia. Y sorprende que, en contra de lo que cree la percepción colectiva, sólo dos de cada diez jóvenes confiesan ir con cierta habitualidad de “botellón”.
ACTITUD DE PADRES Y MADRES
Padres y madres claramente ambivalentes. Por un lado, se sienten alarmados y un tanto ansiosos ante las amenazas que creen que sus hijos están viviendo; por otro, resignados ante la idea de que esas amenazas tienen vida independiente y son ajenas a sus potenciales esfuerzos protectores, y confortados por la esperanza de que sus hijos son “algo diferentes” que están “bien educados” y podrán sortear unos peligros que finalmente les ayudarán a crecer.
En cuanto a la relación padres/hijos, casi el 50% (más las chicas y los más jóvenes) dice que aquéllos tendrían que preocuparse e intervenir más, y la otra mitad se divide en dos tramos casi idénticos (un 24, 9% cree que los padres tendrían que estar atentos pero no intervenir, y un 26,5% entiende que lo que deberían hacer sus progenitores es ocuparse menos de la cuestión y no implicarse en modo alguno).
“Ocio y riesgos de los jóvenes madrileños” es una investigación realizada por la FAD, Obra Social Caja Madrid y el Instituto de Adicciones del Ayuntamiento de Madrid, de la que son autores Juan Carlos Ballesteros, Francisco Babín, Miguel Ángel Rodríguez y Eusebio Megías.
La investigación ha sido presentada hoy en sede de Obra Social Caja Madrid por Carmen Contreras, directora gerente de Obra Social Caja Madrid; Ignacio Calderón, director general de la FAD; José Manuel Torrecilla, coordinador general de Salud del Ayuntamiento de Madrid y gerente de Madrid Salud y Eusebio Megías, director técnico de la FAD.
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