Pérdida de audición

 

Secuelas de los auriculares

Rebasar la frontera de los 80 decibelios es casi cotidiano para miles de jóvenes que viven más pendientes de la música que suena a través de sus MP3 o sus iPod que de los sonidos de la vida que discurre a su alrededor. Esa la auriculomanía encierra un peligro invisible: la pérdida irreversible de la audición en unos años.

Programa piloto con música de Mozart para bebés  efe/m. zarnayova

Levante – 18-05-10 - PILAR G. DEL BURGO / VALENCIA

Amar la música y estar todo el día conectado a unos auriculares puede llevar al silencio auditivo por la pérdida progresiva e irreversible de la capacidad de oir. Entre un 20 y un 30% de jóvenes que vive con los oídos ocluidos de continuo por los auriculares del MP3, del iPod o del teléfono móvil a una intensidad de sonido que rebasa los 120 y 130 decibelios tendrá problemas de sordera a largo plazo. Es una peligrosa cuenta atrás que pone en grave riesgo al sentido que más aprecian uno de cada cuatro valencianos.

Dentro de veinte años, este colectivo puede tener un importante problema de hipoacusia. Lo avanza el vicepresidente de la Sociedad Valenciana de Otorrinolaringología, Jaime Marco Algarra, catedrático y jefe del servicio de Otorrino del hospital Clínico, que indica que los ruidos y la música por encima de los 80 decibelios pueden causar una sordera irreversible que no tiene tratamiento ni medicación.

"Existe una relación directa entre la intensidad y el tiempo de escucha con la pérdida de audición; de hecho numerosas publicaciones han confirmado ya que estos datos son veraces", agrega el especialista que indica que algunas mediciones realizadas en los equipos que a diario utilizan los jóvenes han dado intensidades de hasta 139 decibelios.

¿Qué pasará dentro de dos décadas con la salud de los oídos de estos adictos del auricular? Que quienes hayan perdido un importante umbral de audición del 20% tendrán muy recuperación muy difícil. El doctor Marco lo tiene muy claro.

Audífonos y prótesis
La paradoja de quedarse sordo por llegar al éxtasis musical obligará a una parte importante de la población a recurrir a los audífonos o a solicitar que les coloquen una prótesis en el oído medio.

Marco Algarra destaca que los nuevos auriculares tienen un inconveniente: "antes la música se escuchaba con cascos pero ahora el sonido entra en toda su intensidad directamente por los conductos intrameatales del oído externo, sin límite, "y el daño se ocasiona porque no hay salida para la presión y por las elevadas intensidades", precisa el experto.

"El oido está diseñado para recoger el sonido de fuera y amplificarlo; el auricular va alojado dentro del oido, por lo que el sonido llega con un intensidad tremenda y el daño es enorme", indica el doctor Diego Such, del hospital General de Alicante.

El daño que ocasiona es proporcional al tiempo de exposición y a la intensidad del sonido.

La frontera a los 80 decibelios
"Un sujeto que escucha la música a 90 decibelios durante seis horas sufre más daño que otro que la escucha a 120 dB durante un minuto", refiere el doctor Marco Algarra que afirma que el sentido del oído tiene su frontera en los 80 decibelios.

A modo de ejemplo gráfico hay que indicar que cien dB es el ruido que provoca un avión al despegar.
"La lesión no es inmediata y además es invisible, la vamos a ver unos veinte años porque lo que no se sabe es que la población que abusa de los auriculares es que se está jugando el futuro de su audición" expresa Marco Algarra que refiere que se trata de un daño "imposible de prevenir que solo se podría evitar con limitadores".

El especialista explica que el ruido lesiona las células ciliadas que hay en el interior de la coclea (caracol) del oido interno. Algunos paises ya contemplan limitar la frecuencia del volumen de salida de estos aparatos.

Por otra parte, un estudio realizado por la empresa Oi2 da a conocer que el la mitad de los ciudadanos considera que el MP3, los conciertos y las discotecas son los principales factores que dañan el sentido del oido.
El trabajo revela que un 96% de los valencianos reconoce escuchar la música a un volumen "medio-alto.muy alto".

La investigación indica que muchos jóvenes escuchan música a niveles superiores a los 100 dB, un concierto en directo puede alcanzar los 140 dB y en una discoteca el sonido medio sale a 115 dB. Por otra parte, el 67% de los encuestados por Oi2 que ahora usan audífonos notaron sus primeros síntomas entre los 21 y los 30 años. A su vez, la mitad de la población sospecha que puede tener pérdida auditiva y un 8% padece y algún trastorno auditivo.