Barcelona. «Pla Silenci»

Barcelona, ¡shhhh!

La ciudad estrena el «Pla Silenci» para reducir el ruido en las zonas de ocio nocturno. Entra en vigor la prohibición de rutas alcohólicas en Ciutat Vella

Las campañas contra el ruido de las pasadas ediciones funcionaron como arma contra el «botellón» - Foto: M. González/Shooting

 

La Pazón - 14 Julio 12 - Montse Espanyol

BARCELONA- «...Y los caracteres sobre la roca decían: Silencio. Y el hombre se estremeció y, desviando el rostro, huyó a toda carrera». Así termina la fábula de Edgar Allan Poe que cuenta la historia de un demonio que intenta perturbar la tranquilidad de un hombre mientras observa un paisaje. Prueba con toda clase de ruidos, pero el hombre no se inmuta hasta que el diablo lanza la maldición del silencio. Al percatarse de que no se oye ni el leve temblor de las hojas, el hombre se asusta y sale corriendo. El silencio que tanto aterroriza al protagonista del cuento de Poe, sobre todo en verano, se convierte en un bien codiciado por los vecinos de las zonas de ocio de Barcelona.

La conciliación entre el ocio nocturno y el reposo es uno de los quebraderos de cabeza que los socialistas han dejado de herencia al gobierno de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona. Para atenuar las molestias que provocan los decibelios por la noche, el equipo de Xavier Trias estrenó ayer  el «Pla Silenci», una campaña para reducir el ruido en los ejes de ocio nocturno. El plan antirruido se alargará hasta noviembre en los distritos con más jaleo, Ciutat Vella, Gràcia, Sants-Monjuïc, Sant-Gervasi, Eixample y Les Corts. En el resto, finalizará en septiembre.

Actuación en 700 locales
El Ayuntamiento actuará en 700 establecimientos las noches de los jueves, viernes y sábados en horario nocturno, desde las once de la noche hasta las seis de la mañana. Lo hará con herramientas que utilizaba el gobierno tripartito, 22 promotores ambientales, 16 mimos en las puertas de los locales pidiendo silencio y multas que oscilan desde los 300 a 6.000 euros.

La única novedad son los sonómetros que llevarán algunos equipos de promotores para mostrar «in situ» a los «juerguistas» el ruido que hacen. También se colocarán limitadores acústicos en actos y conciertos al aire libre, como los de las fiestas de Gràcia, Sant-Montjuïc, Les Corts o La Mercè.

Según el mapa de los ruidos de Barcelona, los puntos que concentran mayor jaleo por la noche están en el Raval (Ciutat Vella); la Esquerra del Eixample; el eje de Santaló-Mariano Cubí (Sarrià-Sant Gervasi), y la zona de la Vila Olímpica (Sant Martí).

El concejal de Medio Ambiente, Joan Puigdollers, matizó ayer que se trata de un plan preventivo de educación ambiental para intentar persuadir de los ciudadanos de que «el ocio nocturno debe ser compatible con su descanso». Puigdollers aseguró que el gobierno municipal no tiene voluntad sancionadora y como muestra alegó que no habrá un aumento de agentes de la Guardia Urbana.

Cerco a las rutas de copeo
El estreno del «Pla Silenci» coincide con la entrada en vigor de la prohibición de las rutas organizadas en bares de Ciutat Vella para grupos de turistas, que llegaban a reunir a 60 personas con «pulseritas» para beber alcohol a bajo coste.

Aunque los primeros días, los agentes de la Guardia Urbana se limitarán a avisar y no multarán, en breve, los guías de las rutas se juegan sanciones de 900 euros y 1.800 si reinciden. Los bares que promuevan las rutas de copas «low cost» pueden tener sanciones de 1.500 a 15.000.

 

Rubias extranjeras como reclamo
- Dos chicas extranjeras, rubias, altas y guapas pasean por la playa de la Barceloneta ofreciendo, sobre todo, a turistas, rutas «low cost» por bares de Barcelona. A cambio de 10 o 20 euros, según el número de consumiciones, dan una «pulserita» con la que se pueden pedir copas en unos bares determinados. Por Internet o en los mismos bares también se podía contratar estas rutas que reúnen entre 30 y 60 personas y causan grandes molestias a los vecinos. Se podía, en pasado porque desde el viernes, los promotores se juegan sanciones de hasta 600.000 euros.