NUEVO: REVISION 2013 MAPA RUIDOS CASTELLON

Está a exposición pública la revisión del plan acústico municipal de 2007. Consulta los documentos pinchando en este enlace.

sábado, 17 de abril de 2010

Ruido y más ruido

 

Mucho cuidado

Norte de Castilla - 16.04.10 - TOMÁS VAL

Cuánto ruido, casi ni nos deja oír nuestros pensamientos. El ruido anula cualquier otro proceso, lo vuelve invisible, perturba el cerebro y anula el sentido de la orientación. El ruido da miedo, como también asusta el excesivo silencio. Los ejércitos antiguos lo sabían bien, se enfrentaban a la batalla con el grito en la garganta y el entrechocar de metales para intimidar al contrario y también para así tratar de ignorar su propio pánico. España siempre ha sido estruendosa. León Felipe explicaba por qué el español siempre anda dando voces, decía que ese rasgo patrio tan característico es herencia de tres momentos de nuestra historia: hubo que gritar tierra desde lo más alto de una carabela; un loco salió con su caballo Rocinante al campo gritando justicia y, más recientemente, en el 36, la gente voceó que viene el lobo. Ya nadie lee a León Felipe, que hizo algunos poemas muy hermosos. Por la manchega llanura se vuelve a ver la figura de don Quijote pasar…

Qué ruido hacen, qué alboroto, qué voces dan. Se nos está olvidando pensar, con el estruendo desaparecen los colores, no queda más que el blanco y el negro. Tengan mucho cuidado con lo que oyen, no sea que se vayan a envenenar. Un hombre no se alimenta sólo de lo que come. Hablemos de nutrición, de salud. No únicamente los garbanzos son energía ni unos mejillones en mal estado pueden intoxicarnos. Nos vamos nutriendo y creciendo también de lo que leemos, de las películas que vemos, de los programas de televisión de sintonizamos, de las tertulias que frecuentamos, de los periódicos que compramos… Los libros, las opiniones, los artículos, los debates, las voces son también alimento y tan peligrosa es para la salud, la del alma y la del cuerpo, una salmonelosis agazapada en la mayonesa como determinadas líneas editoriales, ciertos programas de televisión y emisiones radiofónicas.

Este caos, este ruido ensordecedor, es una charca donde pululan libremente bacterias malignas que pueden envenenarnos sin remedio. Nos arrebatan toda la gama de colores, dejan solamente el blanco y el negro, convierten el pensamiento libre en un péndulo que ignora el recorrido para centrarse nada más que en los extremos. Miren bien la etiqueta de aquello que consumen, no se dejen guiar por las apariencias, que las intoxicaciones del alma son muy difíciles de sanar. El 'caso Garzón' y el 'caso Gürtel', la Memoria histórica, Bárcenas y Merino, las acusaciones de corrupción policial y judicial, la Falange y los actos en la Complutense, la denuncia en Argentina para que se investiguen los crímenes franquistas…

Ruido, ruido, ruido que nos aturde, que nos impide pensar. Es como esos villancicos que suenan machaconamente en los grandes almacenes durante la Navidad y que propician las compras compulsivas. Ahora también compramos, unas ideas o las de enfrente, llenamos la bolsa sin caer en la cuenta de que hay productos envenenados de los que tenemos que huir como de la peste. Son la peste, contaminan el espíritu.

Somos muchas cosas aparte del pan. No sólo de pan vive el hombre, qué gran verdad médica. Piense, seleccione, protéjase, sea un consumidor responsable, sobre todo en esta época de grandes rebajas cuando los políticos y sus terminales mediáticas parecen haber decidido liquidar todo pensamiento, toda sensatez y hasta poner a precio de saldo la decencia.

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