Plaza Poeta Marquina
Los vecinos piden la retirada de los espantapájaros
Los comerciantes recogen firmas para que las aves se acostumbran «en un periodo breve de tiempo»
Diari de Girona – 08-10-10 - GIRONA | J. BADENES
Un grupo de vecinos y comerciantes de la plaza Poeta Marquina han empezado a recoger firmas contra los altavoces para ahuyentar a los estorninos, las molestas aves que siguen extendiendo su alfombra de excrementos en la calle. Los comerciantes explican que «no es ninguna solución para que sigan aquí y lo único que hacen es asustar las personas». Avisan de que «no hay ninguna solución que haya funcionado, excepto la poda de los árboles, y no queremos detenernos hasta que no encontramos la manera de echarlos». Los afectados afirman que «hemos perdido clientes y muchos vecinos ya no aparcan ni por las noches para no encontrarse los coches llenos de mierda».
Como si la cadena trófica se hubiera alterado, los rapaces, lejos de asustar a los estorninos, han acabado provocando decenas de víctimas entre los ciudadanos: el ruido es más molesto incluso que los propios excrementos, que además no han desaparecido.
Los comerciantes explicaron que llevan más de diez años batallando contra la plaga y que «el Ayuntamiento no ha conseguido nada que funcione". Sólo admiten como excepción «los años que se podaron los árboles para que se desacostumbrado y marcharan», explica uno de los propietarios de tiendas del sector. Sin embargo reconocen que no se pueden cortar las ramas cada año para que se harían perder los árboles, pero lamentan que el Ayuntamiento haya desistido de encontrar una solución.
En la recogida de firmas lamentan que «los sucesivos sistemas instalados no han sido objeto del seguimiento necesario para hacerlos efectivo». Denuncian que «este año no se ha visto el personal municipal controlando el funcionamiento de los altavoces instalados, ni preocupándose de hacer coincidir su puesta en marcha con el horario de llegada de los pájaros». Afirman que «si así lo hubieran hecho se habrían dado cuenta de la absoluta inutilidad de estos ruidos repetitivos, los que acostumbran las aves en un breve periodo de tiempo».
Más suciedad
Los vecinos relatan que «no sabemos si es por el aumento del número de aves, por la climatología más calurosa y húmeda de este último verano o por qué otro motivo, la situación de estos últimos meses no se puede definir con otro adjetivo que el de 'asquerosa' e incluso, peligrosa para la salud ».
Los comerciantes lamentan el hedor que sueltan las deyecciones, pero añaden que «el olor sólo es una molestia, es más preocupante el peligro para la salud que pueden comportar el montón de excrementos que hay, justamente en un espacio dedicado a la recreo de niños y adultos, con paradas de transporte público y escolar y donde también se sirve comida al aire libre ».
Afirman que hay lugares donde los peatones llegan a resbalar sobre la capa de «viscosa» que han creado las mierdas de aves.
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