Finaliza el plazo para alegar la norma que debe reducir el ruido en el barrio
PABLO FERRI - Valencia – El País - 13/10/2010
El ruido acompaña a la noche en el barrio de El Carme de Valencia. Está comprobado. Primero lo sufrían los vecinos, que hicieron que el Ayuntamiento lo viera por sí mismo. Luego lo aceptaron los hosteleros, que entendieron que es un conflicto que hay que solucionar. El problema es que no se ponen de acuerdo en qué y quién molesta más, si las terrazas de los bares, los lateros, los músicos callejeros, el gentío o el tráfico.
¿Qué molesta más, el tráfico, la gente, las terrazas, o los músicos callejeros?
Este año, el Consistorio inició los trámites para dotar al casco antiguo de una normativa antirruido, un régimen especial al estilo del que ya impera en antiguas zonas de copas de Valencia. Es el caso de la plaza del Xúquer y aledaños, de la calle de Juan Llorens y alrededores y de la zona woody, un par de manzanas entre el final de las avenidas de Primado Reig y Blasco Ibáñez. Ahora le toca al distrito de Ciutat Vella, un lugar que el Ayuntamiento ha declarado, como los otros, zona acústicamente saturada (ZAS).
Precisamente hoy termina el periodo de alegaciones que estipuló el Ayuntamiento para que quien quisiera, particulares o asociaciones, presentasen sus ideas para mejorar las medidas propuestas para la ZAS, que debería entrar en vigor definitivamente a principios de 2011. A grandes rasgos, la normativa incide en un mayor control policial sobre el tráfico y el orden público, en la concienciación de los festeros para que no hagan tanto ruido y en que los kebab cierren antes y el número de bares no aumente. Pero la disputa se centra en algo más concreto: las terrazas. Ahora, los bares tienen permiso para recogerlas entre la 1.30 y 2.00 los fines de semana. Cuando la ZAS entre en vigor, si el Ayuntamiento no cambia de opinión, tendrán que hacerlo a las 0.30, con media hora más entre marzo y octubre. La asociación de vecinos Amics del Carme defiende esta restricción e incluso pretende ampliarla al horario de los bares.
Los hosteleros, representados por la asociación Albarca, han criticado ambas opciones; la Federación de asociaciones de vecinos y ciudadanos también. Alegan que el ruido nocturno lo provoca principalmente el tráfico y lo cierto es que hay calles como Caballeros, Quart o Bolsería que por su pavimento, la música de los coches y el tráfico que concentran resultan muy ruidosas.
Además, ambas entidades señalan a los lateros y la actividad que generan: para hacerse una idea, un latero, gestor de la venta nocturna y clandestina de latas de cerveza a un euro, despacha unas 30 o 35 en víspera de festivo, lo que provoca aglomeraciones y ruido. Lo aseguraba un latero el lunes de madrugada por la calle de Caballeros. No quería dar su nombre y buscaba a derecha e izquierda cualquier indicio de patrullas policiales. Sin embargo, a la vista del caso que les hace la policía, los lateros no tienen demasiados problemas. Esa misma noche, en la plaza del Tossal, dos coches patrulla aparcados y otros dos que pasaron, cuatro entre policías nacional y local en 10 minutos, ni siquiera se acercaron. Había más de cinco con sus bolsas de plástico llenas de latas y un gentío alrededor con sus cervezas recién abiertas. Aquello era ruido, primero con las terrazas y más tarde sin ellas: los coches, la música de los coches, el trajín de latas y la calle de Caballeros, como una vena ruidosa, repartiendo gritos por todo el barrio.
Entre las medidas cautelares que el Gobierno de Rita Barberá debe aplicar en Ciutat Vella hasta la aprobación definitiva de la ZAS, figura la "puesta en marcha de medidas de concienciación y sensibilización social", lo que supuestamente implicaría una disminución del griterío etílico. Pero no se aplica. La normativa cautelar también recoge la "restricción del acceso al tráfico rodado de 22.00 a 8.00 horas". Tampoco se aplica.
La ZAS, su historia y las peleas
El Ayuntamiento aceleró la tramitación de la ZAS de Ciutat Vella esta primavera. La presión vecinal sobre la Concejalía de Contaminación Acústica, que dirige Lourdes Bernal, colocó a los actores sociales y económicos del barrio en la mesa consistorial. Su misión consistía en consensuar medidas que acaben con el exceso de ruido en el centro histórico.
Como al principio todos estaban de acuerdo en que había problemas que requerían una solución, la ZAS parecía conveniente. Con el paso de los meses, las reuniones y finalmente con la entrada en vigor de las medidas cautelares previas a la aprobación definitiva de la ZAS, llegó la discordia. Parte de los vecinos, representados por Amics del Carme, calificaron la propuesta del Ayuntamiento de "pseudo-ZAS", una normativa claramente inferior a sus expectativas. Amics del Carme, Albarca y la federación de asociaciones de vecinos y ciudadanos, que engloba a cuatro entidades, convienen en que el tráfico, los lateros, los músicos callejeros y el botellón son un lastre. No coinciden, sin embargo, en su volumen de importancia sobre el total de los problemas. Mientras que Amics exige que se recorte el horario de los bares para que cierren a las 00.30, como los kebab, los demás lo consideran un abuso. Amics lo exige así en sus alegaciones, igual que pide que las terrazas disminuyan un 25% el espacio que ocupan. Albarca y la federación lo consideran una exageración y atacan al portavoz de Amics, Antoni Cassola, por instrumentalizar la asociación. Los hosteleros, de hecho, acusan a Cassola de prohibirles la entrada en la entidad, hosteleros que, en parte, también son vecinos del barrio.
Las alegaciones, por su parte, recogen un buen puñado de medidas que Contaminación Acústica estudiará. La federación propone, por ejemplo, instalar contenedoras soterrados. Así, dejarían de servir de urinarios improvisados y los festeros no se pararían a orinar (y a gritar). El PSPV cree que agilizar las peatonalizaciones previstas en varias calles y prohibir la circulación totalmente en Serranos, Quart, Bolsería, Caballeros y calle Alta sería conveniente, igual que promocionar más la bici. Los socialistas también apoyan los contenedores soterrados.
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