Lugo. Pena de cárcel e inhabilitación por ruidos en un pub de Burela

 

Los dueños deberán indemnizar con 18.000 euros a la denunciante

l.p. viveiro / La Voz de Galicia - 21/1/2011

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Lugo ha condenado a J. M. G., A. M. B. y Á. M. A., responsables del pub O Rincón do Dez de Burela, a dos años y seis meses de prisión por los daños ocasionados por los ruidos y vibraciones generados en este local, a lo largo de cuatro años, a la denunciante, la vecina del piso situado justo encima del establecimiento, y a su familia.

 

El tribunal establece además la inhabilitación especial de los tres para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo (concurrir como candidatos a unas elecciones) durante el tiempo de la condena; 16 meses de multa con una cuota diaria de 6 euros cada uno, inhabilitación especial para profesión, cargo u oficio por dos años; y el pago de una indemnización de 18.000 euros a la denunciante, en concepto de daños y perjuicios. La defensa ya ha anunciado que recurrirá en casación al Tribunal Supremo.

Es la primera vez que se resuelve un caso de contaminación acústica por la vía penal en la Audiencia Provincial de Lugo. El fallo da por probadas «las deficiencias de insonorización y aislamiento acústico del local, que acarrearon un elevadísimo número de quejas y denuncias, la mayor parte presentadas por la vecina del piso situado justo encima del local».

Las diversas mediciones efectuadas con sonómetros homologados durante los cuatro años que se prolongó el problema «arrojan niveles de ruido por encima de los permitidos». La Policía Local «constató que el equipo de sonido del pub presentaba graves deficiencias (...) y el micrófono había sido movido de su ubicación, siendo susceptible de ser manipulado».

La sentencia de la Audiencia incide en que los ahora condenados, «pese a tener conocimiento de todo, se abstuvieron de llevar a cabo cualquier medida para corregir la situación (...); en ocasiones tras ausentarse la Policía Local o la Guardia Civil, tras realizar la denuncia, volvían a poner la música» excediendo aún más el horario de cierre. Y recalca «su absoluto desinterés por tratar de subsanar las anomalías, incumpliendo flagrantemente la normativa municipal». Todo ello «ha agravado» la enfermedad de la denunciante, además de privarla de su derecho al descanso nocturno en su domicilio.