Pamplona. El humo y el ruido salen a la calle

El humo y el ruido salen a la calle

Los vecinos de las calles con mayor tradición hostelera de Pamplona protestan por los ruidos de los clientes que abandonan los locales con sus consumiciones para poder fumar en las calles. Los camareros afirman que no pueden hacer nada.

Diario de Navarra - 21 de enero de 2011 - VIRGINIA URIETA . PAMPLONA

Las calles del Casco Antiguo de Pamplona se llenan de gente durante la noche, de grupos de fumadores que se ven obligados a compartir el vicio del tabaco a las puertas del bar donde pasan su tiempo de ocio. Si el tiempo acompaña, este hábito se extiende al resto del día. Los vecinos reclaman que las calles de Pamplona se están llenando de ruidos por los clientes que abandonan el recinto para poder fumar, sin dejar sus consumiciones.

En la calle Estafeta, hay opiniones diversas, entre quienes dicen que el ruido no es excesivo, y al contrario: "La ley es una exageración. No notamos más ruido y, de momento, la gente no molesta", explica Isabel Reinaldo Rodríguez, vecina de esta calle. Víctor Flamarique, también residente de Estafeta, se muestra molesto por esta nueva situación: "Se oye mucho ruido, sobre todo, cuando se abre la puerta del bar, que se escucha la música muy fuerte".

En la calle San Nicolás, una vecina del portal número 20, asegura que hay más "barullo" desde la implantación de la ley: "Sobre todo cuando hace buen tiempo", afirma. "La fiesta se traslada a la calle, es un San Fermín continuo", lamenta.

Los vecinos de la travesía Bayona también afirman escuchar más ruido, aunque siempre han tenido problemas por los bares ubicados en este punto: "Nos han llegado a tirar la rueda de una bici y a hacer sus necesidades en los portales", afirman prefiriendo mantener su anonimato.

En la misma calle, David Velasco Vitrián explica cómo desde su casa escuchan más ruidos al mediodía: "Coincide con la hora del vermouth, cuando los amigos se reúnen, bromean y hablan en voz alta", comenta. Enrique Martínez Asiáin, también vecino de la travesía, confirma que hay más gente en la calle que antes: "Pero en esta calle estamos acostumbrados a los ruidos", explica.

Los bares

No son muchos los bares del Casco Viejo que han recibido quejas de ruidos por parte de los vecinos, aunque la mayoría de los empleados creen que no tardarán en llegar. Agustín Tubía Landaberrea, camarero del bar Ulzama, afirma sentirse "ofendido": "Es muy triste que la gente tenga que salir a fumar, la ley está muy mal", opina. "Aunque se va a notar mucho más en verano, ya hemos recibido algunas protestas de vecinos. Llevamos muchos años abriendo hasta las cinco de la mañana y nunca habíamos recibido ninguna queja. Ahora, con el barullo que se arma fuera, es normal que la gente reclame", afirma. "Nosotros no podemos hacer nada, no es nuestra culpa. La gente tiene derecho a fumar, tanto como los vecinos a quejarse".

Otros establecimientos, como El Marrano y Otano (calle de San Nicolás), o El Burgalés (calle Comedias), afirman que los vecinos no han protestado por la nueva ley. Silvia Navarro Rodríguez, camarera de El Marrano, afirma estar en contra de la ley: "En hospitales lo entiendo, pero la entrada de un bar es otra cosa", opina.

Desde El Burgalés, la camarera Christen Bourlet asegura no haber recibido ninguna queja: "Intentamos no propiciar la queja. La gente que sale fuera se comporta y no hace ruido".

Asier Moreno Roa, de Otano, cree que quienes salen más perjudicados con esta nueva situación son los mismos camareros: "Es molesto que la gente salga continuamente. Se montan grupos fuera y la mayoría tiran las colillas al suelo que luego nosotros tenemos que barrer", cuenta. "Los vecinos aún no han protestado, pero seguro que lo harán. Algunos clientes no se dan cuenta de que al salir hacen ruido y pueden molestar a los residentes", explica.