LA PACIENCIA DE LOS JÓVENES

GENTE

LA PACIENCIA DE LOS JÓVENES

La Verdad - 30.12.10 - MANUEL ALCÁNTARA

Han sustituido la rebelión por el 'botellón'. No es que se conformen con lo que no tienen -trabajo, entre otras cosas-, sino que saben que la desesperación sólo conduce a otra mayor. Quizás la paciencia sea la virtud suprema, al menos entra como ingrediente en todas las demás, pero es impropia de la edad temprana.

¿Por qué está ahora en manos de los muchachos?, ¿quizá porque tienen las manos vacías? Dicho de otra manera: ¿cómo no explotan los petardos? Entre todas las crisis que nos asedian la más inexplicable es la del ocaso de la rebeldía juvenil. Durante un largo tiempo estuvo prohibido quejarse, pero ahora forma parte de los deportes nacionales y está bien visto. Sería imposible que asistiera tanta gente a las manifestaciones si se prohibieran. Lo democrático es consentirlas, en primer lugar, y no hacerles el menor caso en el segundo.

«Hay que tomar decisiones difíciles», nos dicen nuestros volátiles políticos, pero omiten decirnos que la dificultad siempre afecta a los mismos. A las desmesuradas y enmascaradas subidas de precios con las que termina el año, la de las tarifas eléctricas en primer lugar, se unirán las que esperan ansiosamente su turno para cuando se inicie el próximo. La ropa, la carne, los huevos, el azúcar y otros de los llamados productos básicos variarán de precio dentro de unos pocos días y ya sabemos en qué consisten las variaciones. Nadie puede echarlas a barato.

Lo más curioso es que los jóvenes sumisos parece que están contentos. Los más afortunados han conseguido ser mileuristas y los demás consiguen hacer ruido los fines de semana.

Aunque en su mayoría no hayan leído a los clásicos, saben que «el presente es una poderosa divinidad» y ellos se instalan en el minuto. No sin envidia les veo alborotar las calles. No es que estén contentos, es que son contentos. Que sea por algunos años.