CRISTINA MORENO VIVÍA EN LA CALLE NIZA
«Irme de la Madrila me ha salido caro, pero el ruido es insoportable»
Hoy - 04.07.11 - MANUEL-M. NÚÑEZ | CÁCERES.
Asegura que no ha recibido ni una sola notificación de sus denuncias y así se lo dijo por carta al anterior concejal de Seguridad
- Cristina Moreno vivía en la calle Niza y decidió marcharse al no poder dormir
- «Hasta las tres de la madrugada, las baldosas del cuarto de baño se movían»
Cristina Moreno señala el bloque en el que vivió los últimos años en la calle Niza. :: ARMANDO MÉNDEZ
Cristina tiene 40 años y la fuerza suficiente para vencer su timidez y salir en la foto. No le gusta, ni le apetece. Tampoco tener que explicar los problemas que ella y los vecinos de la la Madrila han padecido durante años, y siguen padeciendo aún, con el ruido. Lo hace porque cree que debe comprometerse y dar la cara, porque no quiere ser como una mayoría silenciosa que sufre los excesos de la contaminación acústica pero se calla. Ella ha optado por alzar la voz y, aunque ya no vive en el barrio, forma parte de la asociación antirruido que ha llevado a los tribunales a miembros de la anterior Corporación. Desde el 15 de marzo ya no vive en la que era su casa, en el número 1 de la calle Niza. El ruido le ha costado salud y dinero, pero con el cambio, reconoce, ha salido ganando.
-¿Por qué se fue de la Madrila?
- -Mi marido y yo vivíamos en un tercero por encima de La Belle. Los ruidos en la habitación eran sobre todo de otro pub, La Cuerda, y de la calle. Decidimos cambiar de habitación, y entonces era La Belle. Preparaba unas oposiciones y fue un sufrimiento continuo de noches en vela, sin pegar ojo. No se lo recomiendo a nadie, eso de salir a trabajar después de no haber descansado. Así una noche y otra.
-¿Por qué no lo denunció?
- -Lo hice y no he recibido ni una sola notificación. Incluso pedí una entrevista con al alcaldesa y escribí al concejal de Seguridad. La queja no era solo contra quienes hacen ruido en la calle, sino también para los bares que no están insonorizados y no cumplen la normativa.
-¿Cómo se reflejaba en su casa?
- -Hasta las tres de la madrugada las baldosas del cuarto de baño se movían por las vibraciones.
-¿Qué ha pasado con sus denuncias?
- -No lo sé. He denunciado yo y lo ha hecho la asociación Cacereños contra el Ruido. Los expedientes caducan pasado un mes y no sabemos nada. A mí la Policía llegó a colgarme el teléfono. Tuve que ir al médico por lo mal que me encontraba y he estado tomando ansiolíticos.
-¿Fue duro tener que irse?
- -Me ha salido caro, sí, me ha costado dinero, pero el ruido era insoportable. Vivíamos desde hace unos años en un piso de alquiler muy barato a través de una persona que conocíamos. Pero mi madre y mi marido hablaron conmigo, cuando me vieron tan mal. 'Tenemos que cambiarnos', me dijeron. Ahora vivimos en Virgen de la Montaña. Es más caro, pero no tiene nada que ver con lo otro. Es una maravilla.
-Usted también figura en la querella contra 16 bares ...
- -Vamos a ir con esa demanda hasta el final. Pedimos que se respete nuestro derecho al descanso y no se ha hecho durante años.
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