El hostelero acusado por ruido afirma "no tener constancia de las denuncias"
Así lo ha asegurado hoy V.G.T, regente del pub "El Álamo" en la localidad valenciana de Anna desde el año 2001 hasta el 2007, en la primera sesión del juicio iniciado hoy en la Audiencia de Valencia y en la que la acusación particular también ha pedido un año de prisión y siete años de inhabilitación para E.B.P, secretario del Ayuntamiento de Anna durante el periodo señalado.
El hostelero ha explicado en su declaración que "en ningún momento tuvo notificación de las denuncias por ruido interpuestas por los demandantes", un matrimonio cuya vivienda colinda con el bar del denunciado.
Asimismo, ha relatado cómo desde que empezó a ejercer su actividad en este local ha cerrado el bar en dos ocasiones, una por no tener la licencia adecuada para la actividad de bar musical y otra para insonorizarlo, después de sendos requerimientos del Consistorio.
"En las dos ocasiones los técnicos del Ayuntamiento vinieron al local y certificaron que todo estaba en regla y que podía volver a abrir el pub", ha afirmado.
El acusado también ha detallado la existencia en el local de un limitador de sonido, que registraba el nivel de ruido y cortaba automáticamente la música cuando se superaba el nivel permitido.
Con respecto a las licencias del local, que según el fiscal "no eran las pertinentes", el acusado ha explicado que cuando abrió el bar lo hizo con la licencia de restaurante, y más tarde se le notificó desde el Ayuntamiento que esta licencia no era la adecuada por lo que cerró el local y llevó a cabo los trámites necesarios para obtener el permiso correspondiente.
En el juicio también ha declarado el secretario del Ayuntamiento durante ese periodo, quien ha asegurado que su función como secretario era "dar fe de los procesos y las resoluciones" y era el alcalde -ya fallecido- quien decidía sobre las licencias y las pruebas de medición de sonido.
El matrimonio denunciante ha prestado declaración en la sesión de hoy como parte de la prueba testifical y ambos han relatado "el calvario" por el que han pasado durante estos años y las "consecuencias negativas para la salud" que les ha provocado el bar.
"Me ha cambiado la vida, ahora estoy lleno de pastillas porque no podíamos dormir, no podíamos vivir", ha asegurado el hombre, quien ha explicado que intentaron hablar con el hostelero en numerosas ocasiones pero que fueron "intentos fallidos" porque pasados unos días volvían a la misma situación.
Su esposa ha ratificado esta declaración y ha añadido que muchos fines de semana se tuvieron que marchar de la casa porque no podían descansar.
Por último, y debido a que en la calificación del fiscal se hacía referencia concreta a la noche del 3 de julio de 2005, ha prestado declaración un pinchadiscos que esa noche trabajó en el local e instaló un equipo musical diferente que supuestamente superaba los niveles acústicos permitidos.
El juicio continuará mañana con las declaraciones de los arquitectos y de los peritos.
La acusación particular pide para el regente del bar una pena de cinco años de prisión por un delito contra el medioambiente, un año de cárcel por las lesiones provocadas a los denunciantes y un año y nueve meses de prisión por coacciones. EFE
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