Gijón. Balance de la Ordenanza de Ruido.

La hostelería hace menos ruido

El Comercio Digital - 15.03.11 - GIJÓN.

• Los particulares son, con diferencia, los que más incumplen la ordenanza en cuestión de decibelios
• El sector recibió 53 sanciones en 2010, un 61% menos que hace cuatro años

Cuando en enero de 2006 entró en vigor la nueva ordenanza municipal del ruido todas las miradas estaban puestas en los locales de hostelería. Cuatro años después ha quedado demostrado que bares y pubs no eran el principal problema. O, al menos, que el sector se ha aplicado en dejar de serlo. Porque los expedientes sancionadores al sector en aplicación de la ordenanza han descendido un 61% entre 2006 y 2010, pasando de 139 aquel primer año a los 53 registrados el pasado ejercicio. Son las cifras que recoge el área municipal de Medio Ambiente, de la que depende la aplicación de la ordenanza, aunque en realidad siempre en respuesta a las denuncias ciudadanas. El jefe del área, Ángel Calvo, se muestra satisfecho por esta cifra, ya que indica que «el principal objetivo de la ordenanza» se ha cumplido.

Los expedientes al sector de la hostelería han ido descendiendo de forma paulatina. Si bien en 2006 se llevaron la 'palma', con esas 139 sanciones, en 2007 ya bajaron a 107; en 2008 se situaron en 99; nuevo descenso en 2009, con 84, y finalmente los 53 de 2010. Sólo en el último ejercicio el descenso ha sido del 46%. Las estadísticas parecen dejar claro que los empresarios se han aplicado, que las puertas de los locales están cerradas, y que la música está al volumen que debe estar.

Eso sí, el hostelero que lo hace mal lo hace muy mal. Porque mientras en otros sectores los expedientes se pueden solucionar en muchas de las ocasiones con apercibimientos o infracciones leves, en hostelería no es tan sencillo. Así, de las 53 sanciones que tuvieron, 38 fueron graves y 5 muy graves. Entre estas últimas, aunque no es lo normal, las sanciones pueden llegar a los 300.000 euros y la revocación de la licencia municipal o autorización de actividad. La multa mínima para las infracciones muy graves es de 12.000 euros. Quizás por eso los empresarios se aplican en no incurrir en errores. La ordenanza municipal establece unos límites generales que no pueden sobrepasarse nunca y que son, para el exterior, 55 decibelios durante el día y 45 por la noche. Y en el interior de las viviendas, de 30 decibelios durante el día y 28 por la noche. La nueva ordenanza, aprobada en 2006 y que venía a sustituir a la de 1992 hacía especial hincapié en el sector de la hostelería e introducía algunos cambios concretos para estos locales, por ejemplo, los limitadores de volumen.

Pero, como queda dicho, esos 53 expedientes a los hosteleros suponen sólo una parte del total. En 2010 se incoaron un total de 196 expedientes en aplicación de la ordenanza del ruido, por lo que la hostelería significa sólo un 27%. Los vecinos vuelven a ser los más 'problemáticos', con 119 expedientes. Televisores y equipos de música demasiado altos, tacones insistentes, fiestas y voces, muebles que se mueven de una habitación a otra, obras de reforma a horas inapropiadas, animales en casa (aunque ha habido de todo en esta lista, incluso grillos, los ladridos de los perros suele ser lo más problemático) o incluso ensayos con algún instrumento musical (alguien que toca constantemente el piano o la flauta)... Todo ello y alguna cuestión más origina las denuncias de los vecinos.

A pesar de lo complicado de determinar en algunos de estos casos el alcance del problema lo cierto es que la inmensa mayoría (108) de los expedientes se resolvió con apercibimientos. Es decir, basta un aviso del Ayuntamiento de que es conveniente bajar el volumen para que el denunciado se aplique a ello. Tan sólo en once casos se recurrió a sanciones.

Hasta 600 euros

Para las actividades domésticas, comportamiento de los vecinos y tenencia de animales, la ordenanza considera infracción superar en 4 decibelios los niveles máximos admitidos y recoge una multa de hasta 600 euros en el supuesto de que el apercibimiento previo no sea suficiente. Si bien el número de sanciones en hostelería ha ido descendido no ha ocurrido lo mismo con los particulares, que se mantiene estable desde 2006. En el año de estreno de la nueva normativa hubo 122 expedientes de este tipo, cifra que aumentó hasta los 184 en 2007. En 2008 fueron 127; bajó a 114 en 2009 y en 2010 se sumaron aún cinco más.

Rara vez estos conflictos vecinales se convierten en situaciones graves, aunque de todo ha habido. No ha sido en 2010, cuando las cifras indican que se han acordado soluciones de forma más o menos sencilla, pero en años anteriores se ha llegado a registrar incluso alguna agresión. Es evidente que en las denuncias entre vecinos tienen mucho que ver no sólo los decibelios, sino también los niveles de tolerancia y la convivencia.

Por último, durante el pasado ejercicio se abrieron otros 24 expedientes sancionadores relacionados con otras actividades: comercios, garajes, obras... También en estos casos la mayoría se solucionó con un aviso, aunque se contabilizaron 6 infracciones graves y una leve.

GIJÓN

La ley del tabaco puede volver a cambiar la situación

El comercio Digital - 15.03.11

Un grupo de mujeres fuma en el exterior de un bar en el barrio del Carmen. :: P. CITOULA

Existe un temor en el área de Medio Ambiente, tras la satisfacción por ver que el objetivo de reducir los problemas con la hostelería se ha cumplido. Ese temor es la ley antitabaco. El hecho de que los clientes fumadores se concentren las puertas de los establecimientos, algo que sin duda se incrementará con la llegada del buen tiempo, puede volver a cambiar la situación y hacer que se incremente de nuevo las quejas contra el sector. Pero para comprobarlo habrá que esperar a finales de año y, entonces, hacer balance. Quizás el temor se quede sólo en eso, igual que ha sucedido con la limpieza. Las primeras semanas se preveía un incremento de la suciedad, que poco a poco se fue normalizando, gracias a la colaboración de los fumadores y de los hosteleros, que han instalado ceniceros en la entrada a los locales.