Valencia. El “botellón” transhumante.

Valencia.

Descansar es a veces un sueño

Levate – 02-07-11 - Editorial

El macrobotellón que se organiza de jueves a domingo en el paseo marítimo de Valencia no sólo quita el sueño a muchos empresarios de hostelería de la zona, que cifran en un 15% de sus ingresos las pérdidas que provoca el ruido en sus negocios (la contaminación acústica disuade a sus potenciales clientes), sino que la fiesta callejera prolongada hasta altísimas horas de la madrugada irrita también a los pacientes ingresados en el no menos playero hospital de la Malva-rosa. Los turistas que acuden al hotel Las Arenas en busca de las comodidades que ofrece un establecimiento de cinco estrellas, se marchan decepcionados por las dificultades que encuentran para conciliar el sueño y los trabajadores y usuarios del centro sanitario se declaran frustrados ante la pasividad del ayuntamiento. Los empresarios de 34 locales exigen que la policía local deje de mostrarse tan permisiva con las hordas de jóvenes que beben, escuchan música con un volumen ensordecedor y ensucian los aparcamientos y las vías públicas con total impunidad. Aunque cabe reconocer que la juventud necesita espacios para relacionarse parece evidente que convertir los alrededores de un hospital en una discoteca al aire libre no es de recibo. El gobierno local, consciente del coste social y político que implica cualquier intervención, ha actuado hasta ahora con cierta indiferencia. Sin embargo, aunque las urnas no le hayan castigado sí que podría hacerlo la Justicia. Descansar, además de recomendable, es un derecho.

Hosteleros del Marítimo cifran en un 15% las pérdidas por el botellón y el ruido

La asociación que reúne a 36 negocios de las Arenas afirma que los clientes de los hoteles critican el ruido que les impide dormir y la suciedad que invade el paseo por la mañana - Exigen una solución porque los turistas "ni vuelven ni recomiendan la zona"

Levante – 02-07-11 - MÓNICA ROS VALENCIA

Una máquina barredora del servicio municipal limpia el paseo Marítimo de botellas, plásticos, botes y suciedad.  manuel molines

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Editoral: Descansar es a veces un sueño

"Los clientes buscan la tranquilidad junto al mar y el glamour de la playa, pero por la noche no pueden dormir a causa del botellón, y por las mañanas contemplan los cristales, los plásticos y la suciedad de la fiesta de la noche anterior. Si no se pone solución, acabaremos todos en la ruina. Esto parece la ciudad sin ley". La Asociación de hosteleros de las Arenas -que incluye 34 locales asociados- denunció ayer las consecuencias de un botellón "constante" frente a sus locales, "todas las noches, de jueves a domingo", que supone "las críticas de nuestros clientes y la posibilidad de que ni vuelvan a repetir, ni se lo recomiendan a nadie".

Los hosteleros están "desesperados" ante la "desidia" de un ayuntamiento "que es sabedor del problema,y que no pone medios para solucionarlo".

Y es que los jóvenes, con la llegada del verano, trasladas el botellón del aparcamiento de Tarongers a un macrobotellón en la playa que abarca todo el paseo Marítimo, debido a la afluencia de las discotecas de la playa y al ambiente estival que reclama locales al aire libre que se concentran en este distrito junto al mar. Además, la presión policial contra el consumo de alcohol en la calle -y los ruidos en las denominadas Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS)- ha obligado a los jóvenes a desplazarse a nuevas zonas.

Criticas en internet
Las consecuencias del botellón las sufren los residentes de la zona, y los turistas. "El botellón supone para nuestros negocios pérdidas del 15%. No son solo las quejas del momento. Es que en las recomendaciones y comentarios por internet, los clientes critican, sobre todo, los ruidos que genera el botellón y eso si que no se puede cuantificar, pero implica muchas pérdidas. Cuando un turista visita una ciudad se informa y tiene en cuenta la opinión de otros usuarios. Eso es lo que más daño hace", aseguró el vicepresidente de la asociación, y director del hotel Las Arenas, José Miguel Bielsa. Y añadió: "Esta es la imagen de Valencia que estamos dando en uno de los principales escaparates de la ciudad: la playa. Si queremos ser un referente del turismo de calidad, no podemos consentir que la gente monte botellón donde le plazca".

Los más de treinta negocios de la zona que conforman la asociación han presentado escritos y reclamaciones al ayuntamiento para intentar paliar un problema que ya dura años y que se repite verano tras verano.

Por ello exigen a la policía local que deje de ser "permisiva" con el botellón en la playa y actúe de la misma rectitud que cuando hay coches estacionados en doble fila o ven a un conductor hablar por el móvil.

Y es que cerca del 70% de los adolescentes de entre 14 y 18 años de la Comunitat Valenciana y el 83% de los universitarios (de 19 a 25 años) reconoce hacer botellón, según un estudio de la Universitat de València. Los jóvenes realizan botellón entre 9 y 10 meses al año, especialmente en vacaciones y menos durante las épocas de exámenes. En el caso de los universitarios lo hacen desde el jueves hasta el sábado, mientras los adolescentes, de viernes a domingo. Ahora, en pleno verano, los jóvenes toman el paseo marítimo.