- Una farmacéutica ensayará con 240 albaceteños unas pastillas para combatir la perdida de oído
- Los voluntarios trabajan como personal de tierra en la Base Aérea de Los Llanos y en empresas de cuchillería
El Diario Montañés - 22.02.11 - JUAN VICENTE MUÑOZ | TOLEDO.
Los voluntarios que a partir de abril se tomarán este producto son empleados expuestos a altos niveles de ruido. Forman parte del personal de tierra de la Base Aérea de Los Llanos, donde los vuelos civiles se combinan con los militares, además de trabajadores del sector de la cuchillería, de tradición secular en Albacete. A todos ellos, de entre 20 y 38 años, se les entregó hace tiempo un aparato para medir el ambiente sonoro en el que trabajan y ahora se comenzará a probar la prometedora pastilla y un placebo sin que los voluntarios conozcan qué clase de producto están ingiriendo. Todos se han comprometido a someterse a análisis cada tres meses y a pruebas auditivas cada seis con el fin de medir la eficacia de las píldoras.
La Facultad de Medicina de Albacete de la Universidad de Castilla-La Mancha está colaborando en este proyecto junto a dos grupos de investigación de Estados Unidos y Suecia. La clave de este nuevo producto se basa, según el catedrático José Manuel Juiz, en que la contaminación acústica es una de las principales causas de sordera. «El ruido sobreestimula las células y agota sus capacidades de supervivencia porque se acumulan sustancias tóxicas y oxidantes. Pero la pérdida de nuestras células receptoras del sonido producida por el ruido puede prevenirse reforzando a estas con distintas sustancias antes de que sean dañadas», explica este esperto.
Vasodiladator
En concreto, el fármaco contiene vitaminas A, C y E como sustancias antioxidantes y magnesio, que ejerce como vasodilatador, ya que durante la investigación se ha descubierto que el ruido provoca que las células auditivas dejan de recibir sangre. Aquí resultó fundamental un estudio con cobayas de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) en el que se comprobó que altas dosis de vitaminas A, C y E suministradas a animales expuestos a ruido reducían la pérdida auditiva en un alto porcentaje de estos animales en relación a los que no las tomaron.
«El ruido intenso genera traumas auditivos momentáneos pero cuando esto se da de forma reiterada provoca pérdidas de audición irreversibles», sostiene José Manuel Juiz, que confía en que los buenos resultados obtenidos por el cóctel de vitaminas en cobayas se dé también en los humanos sin que haya que esperar efectos secundarios negativos en su salud.
Para la realización de estas pruebas se contará con el visto bueno del Comité de Ética en Investigación Clínica del Hospital Universitario de Albacete, la Agencia Española del Medicamento y la Agencia de Seguridad Alimentaria.
Este proyecto se enmarca en una investigación de ámbito internacional que se inició hace dos años y en la que están presentes el Departamento de Neurobiología de la Audición de la Universidad de Castilla-La Mancha dirigido por el profesor Juiz, las universidades norteamericanas de Michigan y Florida y el Grupo de Audición del Instituto Carolino de Estocolmo (Suecia). Este último grupo, dirigido por el doctor Matts Ufhendall, analiza a militares sometidos a ruidos propios de la guerrilla urbana como explosiones de bombas o disparos de metralletas. El equipo de investigadores de España se ha centrado en la población albaceteña que soporta niveles excesivos de ruido laboral e industrial. La investigación realizada en España forma parte de la segunda fase de este proyecto que cuenta con un presupuesto de 140.000 euros.
El estudio completo, que se inició en 2008, cuenta con un presupuesto cercano a los 3 millones de euros financiado a través del Programa Extramural de Investigación de los Institutos Nacionales de la Salud del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, considerada como la agencia de financiación de la investigación biomédica más exigente y prestigiosa del mundo. Según estos investigadores, los resultados, que se harán públicos en septiembre de 2012, pueden tener un impacto en otros campos de la investigación en el sistema nervioso ya que la sordera comparte mecanismos básicos con enfermedades neurológicas como las neurodegenerativas.
El ruido es considerado por la comunidad científica como uno de los elementos más contaminantes y tóxicos que afectan a las sociedades. Se calcula que solo en España unos nueve millones de personas soportan niveles medios de ruido de 65 decibelios y que unos 130 millones de personas están expuestas en todo el mundo a niveles de ruido dañinos que pueden conducirles a la sordera.
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