Balance tras cuatro años de aplicación de la zas
El tráfico de la nacional 340 contamina acústicamente el centro de Benicàssim
Detectan que el ruido de los vehículos también afecta a la zona de locales de ocio que está declarada saturada
Mediterráneo - 13/06/2011 - SEGON PLAVI
La contaminación acústica de Benicàssim y la rigurosidad de los controles sonométricos que se aplican en la medición de las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), hacen difícil que en pocos años el municipio de Benicàssim pueda abandonar esta calificación.
Y es que las mediciones que se realizan tanto en las zonas que están protegidas, como en las que no, se sitúan por encima del mínimo permitido. Esta contaminación acústica procedería tanto del ruido que produce el tráfico dentro del casco urbano como el de la nacional 340, que está cercana a algunas de las áreas saturadas, e incluso por el simple y normal trasiego diario de peatones. Estas serían las principales conclusiones que se desprenden después de que en el municipio turístico se apliquen desde hace años las medidas de la Zona Acústicamente Saturada, en la plaza de los Dolores y sus inmediaciones, según fuentes municipales.
La aplicación de la ZAS, con sus correspondientes correcciones a partir del 2007, ha supuesto que los horarios de cierre de los locales de restauración y ocio sean los mismos tanto en la zona afectada como en la que no lo está. Es decir, que para la temporada estival, así como para fiestas y festivales, el horario máximo se establece en las 1.30 horas, para los restaurantes; en las 3.30 h., para los locales con música; y a las 5.30 h., para las discotecas.
Sin embargo, las diferencias sí que existen en el aspecto de la medición del ruido, dado que los locales que están instalados en la áreas ZAS cuentan con un sistema de medición que es más potente y riguroso que en el resto. Por otra parte, el año pasado el Ayuntamiento aprobó unos cambios de contenido urbanístico por los que se ha rebajado tanto la superficie mínima para abrir un local como la distancia exigible entre dos establecimientos. Según fuentes municipales, la Generalitat, en sus reuniones con municipios que disponen del mismo problema, siempre nombra a Benicàssim como referente. Hay que recordar, no obstante, que la medida no agradó en un primer momento al sector del ocio y la restauración, ya que preveían pérdidas en sus negocios al tener que cerrar más pronto.
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