Albacete
- Esta asociación tilda de «regresivo» que se permita a las cafeterías alcanzar los mismos decibelios que los disco-bares
- Estiman que en la ciudad hay 1.200 afectados por «maltrato acústico»
Imagen de archivo de un técnico midiendo el nivel sonoro en una calle. :: LA VERDAD
La Verdad - 26.04.11 - MAITE MARTÍNEZ BLANCO | ALBACETE.
Albacete contra el Ruido tratará de hacer prosperar varias denuncias por lo penal
Albacete contra el Ruido tratará de tirar hacia atrás la decisión del Ayuntamiento de Albacete de aumentar de 75 a 90 decibelios el ruido que puede hacerse en el interior de los restaurantes, cafés, bares y cafeterías sin actividad musical, siempre y cuando estén debidamente insonorizados para que el nivel de ruido que se transmite a los locales o viviendas colindantes o la calle no sea mayor.
Este cambio en la normativa, que supone equiparar estos establecimientos con los que sí tienen licencia de actividad musical, fue solicitado por la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y se introdujo en el último instante en la conocida como Ordenanza Cívica, que PSOE e IU sacaron adelante en el pleno de febrero y que tras su publicación ya está en vigor.
En la víspera de la celebración del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, el asesor jurídico de la asociación Albacete contra el Ruido, Andrés López, tildó esta medida de «reaccionaria, regresiva y acústicamente contaminante» y censuró que la misma se hubiese aprobado «a última hora y en secreto», pues de su inclusión no se informó a los integrantes de la Mesa Cívica donde durante meses se debatió ampliamente la citada ordenanza.
Contrarios al botellón
En su día, Albacete contra el Ruido presentó alegaciones a esta normativa, de la que se ha hablado mucho porque por primera vez se entraba a regular un fenómeno como el del botellón. Esta asociación se posicionó claramente a favor de la prohibición total del consumo de alcohol en la calle, por considerar que era un acto incívico.
Ahora, al conocer que aprovechándose la aprobación de esta ordenanza se ha modificado la normativa de ruido, se han decidido a llevar el texto a los tribunales. «Estamos preparando un recurso contencioso-administrativo porque pensamos que la ordenanza no se ajusta a derecho», anunció el abogado, que espera tener lista la demanda para su presentación la semana próxima.
Los establecimientos hosteleros que incumplen la normativa y el tráfico son las dos principales fuentes de contaminación acústica en Albacete, según Albacete contra el Ruido, que dice echar en falta sensibilidad hacia este problema medioambiental y de salud pública por parte de los tres grupos políticos con representación municipal.
«El tema del tráfico se soluciona peatonalizando, pero con contundencia y valentía, pero el asunto de la hostelería es gravísimo porque parece que los tres grupos políticos flirtean con este sector para mantener buenas relaciones», opina Andrés López, que reprocha al PSOE, al PP y a IU que «no tengan voluntad, ni predisposición para ayudar a las víctimas del maltrato acústico, a los más débiles».
En la ciudad de Albacete, esta asociación estima que hay 1.200 vecinos afectados por lo que ellos llaman «maltrato acústico». Son personas que viven en el entorno de algún establecimiento hostelero que «incumple la ley», dice el asesor jurídico de la asociación, que insiste en que cuando un vecino llama a la Policía Local quejándose porque el exceso de ruido no lo deja descansar «no lo hace por gusto». «Muchos no denuncian, porque no confían en que el Ayuntamiento vaya a hacer algo, ni tampoco en que su caso prospere en los juzgados», argumenta Andrés López, que se lamenta de lo complicado que es conseguir que los tribunales obliguen a los ayuntamientos a adoptar medidas correctoras.
Visto lo difícil que es lograr que prospere un asunto por lo contencioso administrativo, Albacete contra el Ruido se ha planteado llevar algunos de los casos más graves por la vía de lo penal, por si la «falta de inspección pudiera merecer algún reproche penal». Hasta el momento, son seis las denuncias que han llevado al ámbito penal.
A lo largo del pasado año, esta asociación contabilizó unos 160 casos de quejas vecinales por problemas de ruido. En la mayoría, la fuente de la contaminación acústica es la hostelería, asegura Andrés López, que reivindicó que la labor de inspección recaiga en la Policía Local, en lugar de en el servicio de medio ambiente, «nos ahorraríamos dinero en horas extras y además la inspección sería desarrollada por profesionales que han acreditado su valía y apego a los vecinos».
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