Las quejas de los vecinos de Pacha...
Deia - Lunes, 11 de Abril de 2011 - olga sáez – Bilbao
Los porteros controlan que la gente no saque vasos. (J.M. Martínez)
Félix pasó parte de la tarde del sábado en vela. Vive justo encima de Pacha (J.M. Martínez)
Los vecinos de los portales 17 y 19 de Luis Briñas no se resisten a descansar con un ruido de fondo. Este pasado sábado nos invitaron a pasar la noche con ellos para ser notarios de sus quejas. Un inspector de Medio Ambiente, avisado por los vecinos, hizo la medición de sonido a las 3.15 horas de la madrugada y determinó que el ruido que se genera es molesto y roza los límites, pero no supera los decibelios permitidos. El director de la sala, Luis Bersunses, también nos invitó a comprobar el sonido desde dentro de Pacha. La cara y cruz de la fiesta se percibe desde ópticas bien distintas. Están condenados a convivir, pero el entendimiento no está resultando fácil. El movimiento que existe en Bilbao para recuperar el ocio nocturno no pierde de vista que solo la convivencia garantizará el éxito.
El sábado era para Pacha la prueba de fuego de lo que quiere ser este club en Bilbao. El local, situado en un lugar estratégico en el entorno de San Mamés, aspira a convertirse en un lugar de referencia los días como el sábado en el que un partido atractivo como el que disputaron el Madrid y el Athletic calientan motores en la ciudad. Los vecinos también esperaban con inquietud el transcurrir de la noche. Algunos habían decidido pasar fuera el fin de semana.
A las 24.00h: La casa está prácticamente en silencio
A las 12 de la noche empezaron a llegar los taxis con los primeros clientes nocturnos de Pacha. Los porteros, al menos cuatro, comentaban entre ellos que sería una noche buena. "Hoy vamos a llenar", conversaban. Solo un piso más arriba, la familia de Félix, un profesor de matemáticas, ya estaba en la cama. Él sigue levantado. Al principio incluso está esperanzado, es casi la una de la madrugada y no se aprecia mucho el ruido. Únicamente en la habitación de su hijo mayor se notan los graves, agudos o las vibraciones que hacen patente que hay fiesta unos escalones más abajo. "La molestia que provoca el ruido es muy subjetiva", acierta a decir. "Además no es lo mismo estar charlando que tratar de dormir. Entonces, los sonidos suenan como si tuvieran un altavoz".
Félix lleva alrededor de 20 años viviendo en Luis Briñas y lamenta la mala suerte que han tenido con el local que está bajo sus casas. "Primero había máquinas tragaperras, después la cervecería La Rizza y ahora otra vez una discoteca". Su mujer, Ana, se levanta de la cama y le dice que el sonido cada vez es más fuerte en la habitación en la que está durmiendo.
A las 02.00h: El ruido se hace más patente
El ruido de fondo se ha hecho más manifiesto a las 2 de la madrugada. Félix recuerda que antes incluso había vómitos en los portales. "Al menos los porteros de Pacha evitarán que eso ocurra". Sin embargo, su batalla ahora son las vibraciones, y eso que han precintado los sensores de la pista que invitaba a bailar mediante vibración. "Los primeros días, cuando estuvo en funcionamiento, se movían hasta los platos", dice Félix. Su mujer se vuelve a levantar, no puede dormir con el sonido de fondo.
"Yo viví en Durango cerca de un riachuelo y se oía, pero acabas acostumbrándote a la misma cadencia de sonido. Pero esto es distinto porque cambian los golpes según la canción y te mantiene alerta". Sin embargo, Félix está a punto de echar la toalla. "El problema es que seguro que cumplen con la legalidad y no superan los decibelios permitidos aunque eso no significa que para nosotros no sea muy molesto. Pero seguro que si viene la policía no puede hacer nada". La molestia del ruido es tan subjetiva... De hecho, según relata Félix, "el gerente de la discoteca estuvo en casa y él decía que no se oía ruido. Pero esto es día tras día. Y todos los días hasta las 4.30 de la madrugada. A veces, se oye menos y otras vuelve ese chun chun que te perturba el sueño".
Durante estos dos últimos años cesaron sus movilizaciones y hasta había quien pensaba que los vecinos habrían sido indemnizados por los socios de Pacha. A Félix le hace gracia. "Una vez le dije a los socios de La Rizza, yo os vendo mi piso para que vosotros viváis aquí y me compráis otro similar por la zona".
A las 03.00h: Llaman a un inspector para que haga la medición
A las tres de la mañana, por fin, se decide y llama al inspector de Medio Ambiente que en poco más de diez minutos se presenta para hacer la medición. El sonido está rozando el límite pero dentro de los decibelios legales, así que no es un positivo, aunque reconoce que es un ruido molesto para dormir. El inspector le asegura que lo trasladará a los responsables de Medio Ambiente. Además, el inspector recomienda al director de la sala, Luis Bersunses, que bajen un poco la música.
A las 04.00h: Félix acaba su vigilia
En el piso de arriba, la familia lo agradece. "Oís ahora, ya no hay ruido. Ahora puedo meterme en la cama y tratar de dormir". Son las cuatro de la madrugada. Hoy los vecinos se reúnen para poner en común sus problemas.
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