Burgos. Elaboración del Mapa de Ruido.

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Más de 500 mediciones acústicas definirán el mapa de ruido de la capital

Se realizarán a partir de Semana Santa en al menos 100 puntos de la ciudad. Los datos se unirán a otros trabajos de campo como el conteo de coches en 4.000 zonas que se hace desde enero. El ‘diagnóstico’ acústico estará en 2012

68. Paseo del Espolón. A la altura de la Diputación. Dos decibelios por debajo del máximo. Ángel Ayala

Diario de Burgos - 26/03/2011 - B.G.R. / Burgos

Realizada la parte inicial de planificación y obtención de información, la elaboración del mapa de ruido en Burgos ha entrado en una fase de recopilación de datos que se prolongará hasta finales de año. Esta nueva etapa de trabajo de campo consiste, a grandes rasgos, en la realización de conteos de aforos de tráfico rodado en 4.000 tramos y de más de 500 mediciones acústicas en al menos 100 puntos de la ciudad para saber si los niveles recogidos superan el máximo establecido por norma.

La UTE formada por Audiotec y el Centro Tecnológico Acústico (CTA), encargada de realizar este proyecto en doce municipios de la región, ha dividido la capital burgalesa en 4.000 tramos o espacios geográficos donde no varían las condiciones externas fijadas a partir de una base cartográfica. En cada uno de esos puntos se realizan conteos de tráfico rodado durante unos 20 minutos y a distintas horas del día. También se evalúa la existencia o no de edificios cercanos, posibles obstáculos no contemplados inicialmente, estado del asfalto o velocidad media.

Además del tráfico rodado, principal foco de ruido en una ciudad, el trabajo de campo se extiende a las áreas, ahora ya periféricas, por donde pasa el tren y a la zona del aeropuerto. «Todos estos datos se van anotando para luego introducirlos en una base con la que se va creando el modelo final», explica José Ignacio Riesco, director del departamento de I+D+i de Audiotec, empresa que ha realizado el mapa del ruido de capitales como Valladolid y Valencia.

En Burgos ya se han efectuado conteos de tráfico rodado en casi 2.000 de los 4.000 tramos en los que se ha estructurado la ciudad. En algunos puntos el resultado no deja de ser sorprendente, como el hecho de que en una hora pasen por la glorieta de Bilbao 3.900 coches y 60 vehículos pesados. Y de forma paralela a esta recopilación de datos in situ, los técnicos van identificando aquellas zonas más sensibles al ruido.
En el caso de Burgos, la encargada de este cometido, Sandra Giménez, ya habla de puntos críticos como la rotonda de San Agustín, la plaza del Cid, Gamonal, zonas industriales, aeródromo y hospitales. Muchos de ellos coinciden con la planificación realizada por la empresa, que contempla 500 mediciones de ruido en al menos cien puntos de la ciudad.

La evaluación de las condiciones acústicas en distintas zonas de la capital comenzará a partir de Semana Santa y se prolongará hasta finales de año. Con el sonómetro en la calle, se llevarán a cabo dos tipos de mediciones. Una de corta duración, en torno a los 20 minutos, y en distintos tramos horarios, y otra de larga exposición con la colocación de estaciones de ruido ambiental en zonas más críticas durante 24 horas. Se excluyen de este trabajo los focos de ruido de las obras, domésticos, eventos puntuales y demás circunstancias excepcionales.

Programa europeo
Completada la toma de datos, que deberán depurarse para corregir posibles errores, se introducirán en un programa informático de predicción acústica común para todos los países de la UE de donde se obtendrá el «diagnóstico acústico» de la ciudad. «En Burgos estará terminado dentro de un año, pero habrá que esperar otro más para recoger los planes de acción en materia de contaminación sonora», explica Riesco.

Y es que, todos los mapas deben ir acompañados de medidas que permitan reducir el impacto del ruido sobre la población. Estos planes van desde el desarrollo de políticas de movilidad y fomento del transporte público como acciones correctoras, hasta la colocación de asfaltos especiales que disminuyen el ruido del tráfico y de pantallas acústicas en nuevas zonas de desarrollo.

«En estos planes de acción están incluidos todos los servicios municipales porque, en mayor o menor medida, están vinculados a la generación de ruido. Por ejemplo, el servicio de planeamiento urbanístico es vital para estructurar una ciudad de forma coherente y con núcleos urbanos cuyas edificaciones no van a estar sometidas a altos niveles de ruido», concluye el responsable de I+D+i de la empresa Audiotec.
Los datos

¿Quién lo hace y lo paga?
La Ley del Ruido de Castilla y León, aprobada en el año 2009, obliga a elaborar mapas acústicos a todos los municipios de más de 20.000 habitantes, mientras que la normativa estatal vigente hasta entonces solo exigía este requisito a las poblaciones de más de 100.000.

Al amparo de la nueva normativa, la Junta de Castilla y León sacó a concurso el año pasado la ejecución de doce proyectos en la región entre los que, además del de Burgos capital, está el de Aranda de Duero.

La UTE de Audiotec y CTA resultó ganadora del concurso público convocado para elaborar estos proyectos con un importe global de un millón de euros. En este caso Castilla y León es una excepción porque ha sido la Junta la que ha asumido este gasto, ya que en otras comunidades la competencia es de los ayuntamientos.

¿Y antes qué había?
La capital burgalesa cuenta con un mapa de ruido de principios de 2000 elaborado a partir de la normativa nacional y no regional, que es más reciente y data de 2009. La metodología aplicada, según Audiotec, dista mucho de las técnicas actuales que rigen parámetros europeos. Esta circunstancia, más el hecho de que la ciudad haya cambiado considerablemente en la última década, dejan denostado ese diagnóstico acústico.

¿Qué es y para qué sirve?
Es la representación de datos de una situación acústica existente, o pronosticada en función de unos índices de ruido, en la que se indica la superación de cualquier valor límite vigente, el número de personas afectadas en una zona específica o el de viviendas expuestas. Con esta herramienta en la mano se conocerán mejor las emisiones acústicas contaminantes y sus efectos sobre los ciudadanos. El objetivo principal es reducir el impacto del ruido sobre la población, una causa de trastorno físico y de desequilibrios psicológicos en las personas. Los mapas del ruido, así como sus acciones complementarias, deben revisarse cada cinco años.