La Ley Antitabaco provoca 247 denuncias de vecinos por ruidos
Las quejas, que se han duplicado en los tres primeros meses del año, se concentran en llamadas al 092. Los empresarios explican que no pueden controlar a la gente que fuma fuera de los bares
La Provincia – 28-03-11 - L. S. V.
Un grupo de personas a las afueras de un local en la zona de Las Canteras. Quesada
La Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria ha recibido en lo que va de año 247 quejas de vecinos que protestaban por el ruido que generan los clientes de los bares y restaurantes que se concentran en las puertas de los locales a fumar al estar prohibido en el interior desde que entró en vigor -el 2 de enero- la Ley Antitabaco. El pasado año y en el mismo periodo los agentes locales, sin embargo, anotaron 115 denuncias.
Las quejas vecinales han sido recogidas en su mayoría a través del teléfono de Urgencias 092 -247 en total- y a pie de calle por los agentes. A diferencia de 2010, cuando las 115 denuncias fueron presentadas por escrito, este año tan sólo 65 fueron registradas por los agentes in situ. Una razón que explicaría la diferencia numérica entre un año y otro podría estar en que el Carnaval de 2010 se celebró entre los meses de enero y febrero mientras que las carnestolendas de este año han estado a finales de febrero y principios de este mes.
Con estos precedentes, policías locales y propietarios de locales de ocio nocturno cumplen o hacen cumplir la normativa de horarios de cierre para evitar las quejas de los vecinos y las posibles denuncias por superar los decibelios permitidos ante el incremento de terrazas en la vía pública y el aumento de personas que se concentran a las puertas de los locales para echarse un cigarrillo entre copa y copa. Los propietarios de locales de ocio nocturno, bastante afectados ya por el descenso de la clientela a causa de la crisis, señalan a esta ley y a la severidad con los horarios como una nueva causa de "sangría económica", dicen.
Los empresarios de la noche consultados afirman que el control policial siempre ha existido aunque ahora se hace "más exhaustivo" respecto a los horarios de cierre de terrazas por el aumento de éstas y del número de personas que acuden a ellas por la prohibición de fumar en el interior de los establecimientos.
"Las terrazas no producen ruido. En el caso de Vegueta, la mayoría de las terrazas se concentra entre las calles Obispo Codina, Pelota y Mendizábal y muchos de sus usuarios son vecinos de la zona. Los agentes pasan a menudo a medir los decibelios y los empresarios cumplen la normativa de cierre a rajatabla porque siempre ha existido mucho control", explica Yiyo Espino, gerente de la Asociación Vegueta de Ocio y Restauración. Espino pide que cuando haya una denuncia a un local se sepa qué vecinos la ponen en marcha porque no siempre se corresponde con gente que vive en el barrio. Un empresario de la zona del Puerto, que prefiere mantener el anonimato, señala que antes había un poco de permisividad con los horarios pero que ahora se cumplen a rajatabla por temor a ser multados por la denuncia de algún vecino. "Los locales están insonorizados pero nosotros no podemos controlar quién habla alto en la puerta del local. La crisis económica nos ha obligado a despedir a personal con lo que hay menos trabajadores para controlar que la gente no haga escándalo si sale a fumar un cigarro", comenta.
En su opinión, la Ley Antitabaco unida a la crisis económica va a favorecer de nuevo el botellón en las calles mientras se pregunta que si ahora la gente se queja por los ruidos "¿qué pasará en verano cuando todos tengan las ventanas abiertas?"
La prohibición de fumar en el interior de los locales no es el único motivo para que a partir de las diez de la noche -hora en que comienzan las limitaciones de ruido- haya gente concentrada ante los establecimientos. En muchas ocasiones, son restaurantes o bares que por un simple overbooking obligan a los clientes en busca de mesa a esperar en el exterior.
Las sanciones por alterar la Ordenanza General de Convivencia Ciudadana pueden suponer entre los 120 euros y los 600.
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