La Verdad - 06.03.11 - ANA MARTÍNEZ |
Ni todo es blanco, ni todo negro. Los grises juegan también un papel importante en la gama de colores. Un reciente estudio sociológico que analiza los valores y contravalores de la juventud destaca la falta de moral y principios de este segmento de la población, sólo preocupado por el culto al cuerpo, el botellón y la juerga, carente de valores, pasotas, 'antisistema', banales, sin escrúpulos... Dan miedo estas conclusiones, y sin querer poner en tela de juicio los resultados de este estudio elaborado por expertos sociólogos, creo que las generalidades en ocasiones son muy injustas para jóvenes que nos aportan todo lo contrario.
Hablar de la juventud española como un colectivo perdido, sin futuro y sin 'chicha' en el cerebro me parece pretencioso y excesivamente impetuoso. Claro, estas conclusiones adquieren sentido si exclusivamente nos dedicamos a ver los programas de televisión enfocados a la generación 'ni-ni', que no digo yo que no sea real, pero el campo es mucho más extenso e infinito.
Valga el ejemplo vivo, latente y digno de colgarse la corona de laureles de la asociación cultural 'Spirale' de Albacete, creada hace dos años con el único objetivo de divertirse a través de la creación artística. Adolescentes, jóvenes y adultos que se acercan tímidamente a esta agrupación para, con toda su humildad, querer aprender a hacer acrobacias, bailar en grupo, cantar en un coro y participar, de forma completamente altruista y sólo por amor al arte, en la producción y representación de un musical. Ponen dinero de su bolsillo y luego, en función de la venta de entradas, una vez cubierto los gastos, los beneficios son donados a una asociación de autoayuda o a una oenegé. Se retroalimentan con sus inquietudes, enseñanzas y cualidades artísticas y humanas, apuestan por el baile y el canto como forma de ocupar su tiempo libre y su tiempo de ocio. Se alejan, de forma voluntaria y sin presiones sociales, de los núcleos juveniles en los que se centra el referido estudio. Son jóvenes, aficionados, preocupados por prepararse, por ser solidarios, convencidos del apoyo mutuo, saben escucharse y ocupar el 'papel' que les corresponde en la representación. Hoy vuelven al Teatro de la Paz con 'Nuestra Señora de París', musical con el que se han dado a conocer. Tienen en mente la producción de 'Cuento de Navidad', un concurso de microrrelatos, un recital de poesía... Comenzaron una espiral sin punto final. Ellos son el vivo ejemplo de que no todo está perdido.
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