El ruido nocturno
Después de que el Ayuntamiento blindase la plaza de Azcárraga, los jóvenes han regresado al barrio y ocupado el atrio del templo los fines de semana. El bien protegido sufre erosiones por los orines
La Opinión Coruña – 23-03-11 - ANA RODRÍGUEZ | A CORUÑA
Los jóvenes tienen buen gusto. Para estar con sus amigos por la noche, escogen lugares recogidos, donde poder sentarse, agradables y hasta hermosos. Lo era la plaza de Azcárraga, lo son los jardines de Méndez Núñez y lo vuelve a ser ahora el atrio de la colegiata de Santa María, un emblema del siglo XII de la Ciudad Vieja ocupado por el 'botellón'. Los vecinos del barrio denuncian que la presencia de muchachos es cada vez mayor en las noches del fin de semana. Temen por la salud del patrimonio histórico y protestan porque los residentes del entorno vuelven a tener problemas para conciliar el sueño hasta las cuatro o cinco de la mañana
Jóvenes concentrados la pasada noche del sábado en el atrio de Santa María.
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El ´botellón´ itinerante . A Coruña
El botellón abre sucursal. A la presencia masiva de jóvenes en los jardines de Méndez Núñez, se suma un nuevo enclave de concentración nocturna, el atrio de la Colegiata de Santa María. Aunque el lugar había sido un habitual de las noches de verano, complementario a la plaza de Azcárraga, los jóvenes habían desaparecido prácticamente tras la ordenanza municipal. La costumbre se ha reactivado en las últimas semanas y los vecinos, tras acudir al Ayuntamiento coruñés en diversas ocasiones, ya se plantean nuevas movilizaciones.
"Luego se quejarán de que tomamos medidas estruendosas", reprocha la presidenta de la asociación de vecinos de la Ciudad Vieja, Rosa Quiroga, colectivo que ya formó parte del movimiento ciudadano que presionó hace dos años al Ayuntamiento coruñés para que eliminase el botellón de la plaza del Humor y de la plaza de Azcárraga.
Desde entonces, los jardines de Méndez Núñez han sido el lugar escogido por los jóvenes para los encuentros nocturnos. Sin vecinos a los que molestar a su alrededor, su presencia en el parque no ha generado las mismas protestas, salvo aquellos que lamentan los daños en el patrimonio del lugar.
Continúa en trámite en los despachos de la Consellería de Cultura la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del parque, una categoría que ya ostenta la Colegiata, así como todo el casco histórico coruñés. Según la ley del patrimonio cultural de Galicia, aprobada en 1995, el Concello tiene la obligación de proteger el bien patrimonial frente a las agresiones. "Los propietarios, poseedores y demás titulares de derechos reales sobre bienes integrantes del patrimonio cultural de Galicia están obligados a conservarlos, cuidarlos y protegerlos debidamente para asegurar su integridad y evitar su pérdida, destrucción o deterioro", dictamina el texto.
Los vecinos, además de la molestia que genera el ruido "hasta las cuatro de la mañana", lamentan que puedan estar lesionando un emblema de su barrio, levantado en el siglo XII. "Si Azcárraga era sensible, ¿no lo va a ser Santa María?", comenta la portavoz del colectivo vecinal, que describe como "cada fin de semana hay más gente".
Quiroga asegura que ya han acudido a los responsables municipales para denunciar la situación. "Primero nos dijeron que era gente que salía con copas a la calle de los bares de alrededor", relata, "pero yo los veo, llevan bolsas y son un mundo de gente".
La presidenta afirma que el Concello lo tiene que saber porque "por la mañana van equipos especiales de limpieza" para adecentar el lugar después de las noches de botellón. "Es botellón puro y duro", sentencia. "Nosotros queremos arreglarlo bien y por eso acudimos primero al Ayuntamiento", dice en nombre de la asociación.
"Pero nos estamos empezando a cansar y si no se arregla... pues ya saben". La portavoz de los residentes afirma que ya se ha estado empezando a hablar con los vecinos del lugar para ver el sentir general y la posibilidad de emprender otro tipo de medidas.
Los vecinos del barrio piden que se proteja con urgencia el entorno y también a los jóvenes que allí acuden porque ya han visto cómo "unos estaban empujando el crucero, que es de una pieza completa".
Daños en la piedra
Los residentes también se han quejado del deterioro de determinadas zonas del exterior del templo, debido a los orines, cuyos riachuelos tienen que esquivar cada mañana al salir de casa. Ya lo habían constatado así los arquitectos encargados de la rehabilitación de la colegiata, realizada el pasado año.
El daño afecta sobre todo a las puertas laterales, que abren la iglesia a sendos callejones y se utilizan como depósito nocturno de micciones. Los componentes corrosivos de orines y otras materias orgánicas han hasta carcomido y decolorado la piedra de las jambas.
La ordenanza municipal que intenta regular el ocio nocturno entró en vigor en julio de 2008, tras una intensa presión vecinal. La norma prohíbe las concentraciones que alteren la convivencia entre las diez de la noche y las ocho de la mañana.
Uno de sus artículos fija la posibilidad de establecer zonas de especial protección donde las concentraciones reiteradas hubiesen causado "una muy grave perturbación de la convivencia ciudadana", algo que no se puede aplicar a los jardines de Méndez Núñez pero que sí se podría hacer en la Colegiata al igual que en Azcárraga.
Denuncia
Un grupo de vecinos de la Colegiata de Santa María del Campo se han puesto en contacto con este diario para denunciar cómo los automóviles e incluso furgonetas de reparto se introducen hasta la cocina en el atrio del templo. ¿No hay ningún elemento que lo impida? Los vecinos explican que, antes de las obras de remodelación del enlosado tradicional de la Ciudad Vieja, había una pieza de granito que impedía la entrada al lugar. Ese bloque fue retirado durante los trabajos pero cuando finalizaron nadie lo repuso. La consecuencia es que, además de coches en horario nocturno, hasta las furgonetas y otros vehículos de reparto aparcan sin pudor en la histórica plaza mientras realizan sus gestiones. La peatonalización de la Ciudad Vieja sigue siendo la mayor asignatura pendiente del Concello con el barrio.
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