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sábado, 9 de abril de 2011

Emilio Calatayud: «Echo de menos el celo de la ley antitabaco en el botellón»

Comunitat

«Echo de menos el celo de la ley antitabaco en el botellón»

El juez de menores de Granada Emilio Calatayud reclama en Valencia la responsabilidad de los padres sobre los actos de sus hijos

Las Provincias - 09.04.11 - F. MIÑANA | VALENCIA.

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Emilio Calatayud, en el salón de actos de San José de Calasanz. :: DAMIÁN TORRES

Emilio Calatayud maneja la palabra con habilidad. El juez de menores de Granada, famoso por sus sentencias, dio una conferencia en Valencia 'disfrazado' de monologuista. Un chiste por aquí, una anécdota por allá, y, entre medias, verdades como puños. El magistrado pide honestidad a la sociedad y empieza por él. «Yo registro los bolsillos y el ordenador de mis hijos. Que me denuncien... Total, el juez soy yo». Y tras la broma, la verdad. «Tengo la obligación de velar por su seguridad. Violar su intimidad sería, como esos padres madrileños, poner cámaras en la habitación».

Morillas, un menor granadino, se puso un día a conducir como un loco. Calatayud le condenó a pasar 100 horas patrullando con un policía local. A uno que quemó unas papeleras, lo puso con los bomberos. Y un «niño pijo de Granada» de 16 años que pegó a sus padres porque no le dejaban ser monitor de esquí se pasó seis meses de internamiento y luego otros seis limpiando la fachada del juzgado. Y con ese tipo de sentencias, buscando la reinserción antes que el castigo por el castigo, esforzándose por conocer la historia personal de cada delincuente, se ha hecho famoso. «No he inventado nada. Muchos jueces hacen esto, pero el juez, por lo general, tiene miedo a hablar».

El togado se queja de que antes de 1978 los menores no tenían derechos y ahora «los tienen todos», que ahora es más difícil ser padre que antes y que todo el mundo habla de los derechos del menor y nunca de sus deberes. Cada uno en su papel. «Yo no soy el colega de mis hijos, soy su padre» y «los niños no son los reyes de la casa» son dos afirmaciones que pueden evitar muchos problemas.

En un segundo escalón, el colegio. Calatayud asegura que el 82% de los delincuentes han sufrido el fracaso escolar. «Si se acaba con éste y con el absentismo, se reduciría la delincuencia». Y, por supuesto, alcohol y drogas. «Yo no puedo fumar en el juzgado y mi hija puede hacer botellón. Echo de menos ese celo por aplicar la ley antitabaco en el consumo de alcohol entre menores». Sobre las drogas censuró que todo el mundo sabe dónde se venden y advierte que el politoxicómano de 12 años, con 16 está «más 'pallá' que 'pacá'». Porque el «'yo controlo' es sinónimo de peligro». Pero el juez reincide en que los padres son, en la mayoría de los casos, responsables de los actos de sus hijos.

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