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lunes, 4 de abril de 2011

Sevilla. Entrevista a la abogada Emilia de la Serna.

Sevilla

«El alcalde es responsable de la muerte del muchacho en el botellón»

En el currículo de Emilia de la Serna, abogada y miembro de los juristas contra el Ruido y Peacram, hay una voluntad indomable y continuado esfuerzo por luchar ante administraciones públicas y tribunales contra las botellonas. Lamentablemente, sin mucho éxito

ABC - 04/04/2011 - J. Félix Machuca / sevilla

«El alcalde es responsable de la muerte del muchacho en el botellón»

Emilia de la Serna, abogada y miembro de los juristas contra el Ruido y Peacram-JESÚS SPÍNOLA 
 

—¿Cuántas alegaciones habrá usted presentado contra la botellona?

  • —Incontables, desde el 2002 hasta el 2011, pequeños granitos de arena.

—Al final, quiero ser optimista, alguna tendría algo que ver con la creación de la Ley Antibotellón ¿no?

  • —Se promulgó en 2006 por la presión social de las asociaciones vecinales andaluzas, fue nuestra gran victoria.

—Permítame el escepticismo: tenemos una ley y no se aplica. A los últimos y luctuosos hechos en la Expo me remito…

  • —El sindicato de Policía denunció que tenían orden de no actuar contra el botellón de la Alameda, feudo de Torrijos, nosotros lo denunciamos a Fiscalía. En Sevilla el alcalde y el delegado de Gobierno protegen el botellón. Al alcalde ya le han dicho los tribunales que debe actuar.

—¿Cuántas víctimas lleva el botellón anotadas en Sevilla?

  • —Miles. Comas etílicos, alcoholismo, cirrosis, cánceres hepáticos, brotes psicóticos y esquizofrenias reactivas a drogas…y muertos. Duele.

—¿El botellón engendra o propicia encuentros violentos y agresivos?

  • —Alcohol, drogas y masas sin control conllevan violencia, vandalismo y estupidez. En el macrobotellón competían para ver quién aguantaba más tiempo tirado en la calzada antes de huir para evitar ser atropellado…

—La última muerte hizo proclamar al alcalde que no se podía hacer mucho porque se desconocían sus organizadores. ¿Tiene opinión al respecto?

  • —El alcalde y el delegado de Gobierno son responsables de permitir, alentar y proteger una vulneración masiva de la Ley Antibotellón, de la Constitución y Ordenanzas. Son directamente responsables por daño en personas, patrimonio y medio ambiente y por la muerte de ese joven. La fiscalía no puede volver la cara.

—¿Si existe una ley antibotellón y se celebra uno donde a un chico lo asesinan y a las ambulancias que socorren la atacan con una lluvia de botellas, el delegado del Gobierno o el alcalde tienen algo que decir?

  • —Responder ante un Juzgado por el delito de prevaricación por omisión (no dictar las órdenes necesarias para evitar la infracción de la ley y sus consecuencias). Todos sabemos que se va a celebrar el macrobotellón.

—¿Y hacer? ¿Tienen algo que hacer?

  • —Permitir a las policías que actúen para hacer respetar la Ley. Multar (y cobrar) a jóvenes y a padres de menores. Disolver antes de que comience. Evitar venta de alcohol. Cambiar el mensaje político. Pagar los daños.

—¿Tanta permisividad con este tipo de concentraciones ilegales esconde un interés puramente electoral?

  • —Es pan y circo para jóvenes sin trabajo, con estudios que duran eternamente y sin responsabilidades. Si no piensan, ni exigen, ni ven…

—¿Entiendo que una vida vale para algunos políticos dos mil votos?

  • —Sí, la Alcaldía y la Delegación de Gobierno evitan actuar, prefieren nadar y guardar la ropa. El daño es irreversible.

—Fíjese lo surrealista de la situación: un policía puede entrar en un bar a multar al dueño porque alguien fuma, pero debe ser tolerante en botellonas que son ilegales…

  • —Admiro a la Policía de esta ciudad, a pesar de tener las manos atadas para ejercer su trabajo, sigue luchando. Al macrobotellón enviaron 18 policías locales, ningún mando, no tenían ni el botiquín reglamentario en los coches.

—¿Qué papel juega la familia y los valores que transmiten?

  • —Los padres tenemos que educar en civismo. Los poderes públicos deben exigir responsabilidades por las conductas antisociales e ilegales e implicar a los padres. La sociedad debe de dar el mensaje de que hay obligaciones.

—¿Quién enseñó a un adolescente a llevar una navaja a una fiesta con intención de utilizarla?

  • —La familia que cierra los ojos, demasiadas horas de televisión y juegos violentos, los políticos que hablan del derecho al alcohol más barato y no del derecho a buenos estudios, trabajo y dignidad. Demasiado ocio.

—¿Usted cree que la España que heredarán nuestros hijos es claramente menos segura que la nuestra?

  • —Quiero ser positiva, tenemos mucho que madurar como democracia, exigir derechos a cambio de obligaciones, dentro de un orden, no es ser dictador, es educar en responsabilidad. Lo conseguiremos.
Ni una más

Son muchas batallas peleando con esa gran muralla que la política levanta ante el ciudadano para proteger, a veces, intereses nada democráticos. En esa pelea, Emilia de la Serna, que también es portavoz del colectivo «Por el Derecho al Descanso» y de la Asociación Guadalquivir, ha aprendido a descifrar que la política es capaz de manejar doble y triples valores en los mensajes que envía, unas veces para disfrazar su ineptitud, otras para esconder sus responsabilidades. La lucha de esta abogada que huye del primer plano y ama la reflexión y la acción tras de los focos, ha celebrado, no obstante, victorias legales como la Ley antibotellón. Es verdad que aquí no se aplica. Por eso, y por las consecuencias que acarrea, Emilia denuncia lo que siente, lo que ve y lo que puede probar. Ni una muerte más.

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