NUEVO: REVISION 2013 MAPA RUIDOS CASTELLON

Está a exposición pública la revisión del plan acústico municipal de 2007. Consulta los documentos pinchando en este enlace.

viernes, 8 de abril de 2011

La Laguna. Los vecinos acusan a la Policía de tolerar el botellón

La Laguna

Los ciudadanos del casco lanzan un ultimátum y exigen una norma contra el ruido, controles en la calle e inspecciones a los locales para acabar con las irregularidades

La Opinión Tenerife – 08-04-11 - LAURA DOCAMPO - LA LAGUNA

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"¡Basta ya!". Fue la expresión más repetida por los vecinos del cuadrilátero durante una asamblea organizada anoche por la Asociación de Vecinos del Casco. Están hartos del botellón, los destrozos, la basura, el ruido, los malos olores de los orines, el consumo de alcohol y drogas en plena calle y la violencia. Los asistentes a la reunión acordaron pedir al alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, que impulse la redacción de una ordenanza contra el ruido y a favor de la buena convivencia.


Una veintena de residentes en el epicentro de la noche lagunera aseguraron ayer que se sienten "víctimas" de los miles de jóvenes que de miércoles a domingos acuden a los bares de la zona o pasan la noche de juerga por las calles. Una de las afectadas leyó una carta en la que describía los fines de semana como días "en los que se hace imposible el descanso, se invaden los edificios, las calles se llenan de basura y de ruido". Critican que esto suceda "con el beneplácito del Ayuntamiento de La Laguna" y "la tolerancia de la policía".


Parte del ruido que impide dormir a los vecinos proviene del interior de los bares del centro. "Hay bares y cafeterías que por las noches funcionan como discotecas. Por eso no están insonorizados. El que está debajo de mi casa pone la música a tope. Cierran a las tres y media y a las seis y media me levanto para ir a trabajar. Es terrible", comentó un vecino.


Para solucionar este asunto, pedirán al Ayuntamiento que realice una revisión técnica general de todos los locales y constate que cumplen con la normativa. También pedirán que se midan los decibelios en el exterior para comprobar si se excede el nivel de ruido permitido. Pero son conscientes de que "el gran problema" al que se enfrentan está en la calle.


Emergencia
"¿Cuándo parará? ¿Cuando muera alguien más? Hace aproximadamente un mes apuñalaron a un señor por decirle a unos chicos que estaban en la puerta de su casa y que no le dejaban dormir", comentaba una de las asistentes. "Al padre de mi vecino le dio un infarto y la ambulancia no pudo entrar a su calle a recogerlo", criticaba otra. Tres de los vecinos que estaban en la sala también relataron situaciones similares en las que la muchedumbre impidió que llegara la ambulancia o que alguien entrara en su casa o en el garaje.


Según explicaron, algunas de las calles más conflictiva son Doctor Zamenhof, Catedral y María del Cristo Osunas, y la plaza Juan Regulo Pérez. Los ciudadanos rechazan que en estas vías la presencia policial sea "tan escasa y ocasional", como sucede ahora, y piden que "se hagan controles exhaustivos y continuados porque si no, no valen de nada", afirman. Están seguros que hacer que se apliquen con severidad las sanciones existentes por consumo de alcohol y drogas en la vía pública durante un periodo constante es la única forma de "cambiar un hábito que ya está muy arraigado".


Además de reunirse con Clavijo para pedirle que impulse la ordenanza contra el ruido, el presidente de la Asociación del Casco, Pablo Reyes, solicitará una reunión con el subdelegado del Gobierno, José Antonio Batista, como máximo responsable de la Policía Nacional. "Queremos un compromiso y que actúen ya", dijo una afectada.


Los residentes lamentaron que "se haga un esfuerzo descomunal en las tareas de limpieza para quitar toda la basura que genera el botellón y, sin embargo, cuando uno llama a la policía por el ruido dicen que no tienen competencias para actuar".
Para otros la solución está en imitar a la capital y su mano dura. "En Anaga se acabaron los problemas", acotaban algunos afectados. Pero algunos discreparon al considerar que "una medida tan radical acabaría con un sector económico que también es importante para la ciudad, porque hay muchos profesionales que pagan los gastos de la carrera trabajando en un bar".


Muchos de los asistentes señalaron que la situación es tan extrema que ha llegado a afectarles a su salud, causando en ciertos casos graves patologías. Algunos llevan años enfrascados en litigios judiciales por los decibelios de un local cercano a su domicilio. Otros acudieron al Consistorio en busca de una solución y recibieron como respuestas frases del tipo "cámbiese de barrio si no le gusta" o "le doy permiso para que se vaya a dormir a la Mesa Mota".


"¿Por qué las autoridades favorecen la drogadicción y el alcoholismo en nuestros chavales? Deberíamos reflexionar, porque cuando uno viaja y se da cuenta de que en otras ciudades lo que sucede aquí no se permite", apuntó un vecino.

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