¿Por qué en Sol y tantas y tantas plazas no se puede pedir la democracia real.
- Un blog global (Expansión) - 20/05/2011 | Blog de Robert Tornabell Carrió
El movimiento que la juventud española empezó en Sol – algunos con pancartas de Plaza T´Hair de el Cairo – se ha extendido a Barcelona, a toda Cataluña y parecen lejanas las rivalidades del fútbol Real Madrid y el FC Barcelona. Sólo parece importar una única cosa, la democracia real. Ahora reciben el apoyo de casi toda Europa y se añade San Francisco, pero no será la última ciudad. Me conmueve y maravilla su espíritu cívico. Todo en paz. Me trae el recuerdo de los estudiantes de la plaza de Tiananmen, del 4 de junio 1989. Pero las comparaciones terminan aquí. Porque mientras Gorbachov estuvo de visita oficial en Beijing las autoridades dejaron hacer, como el que no ve y oye. Los estudiantes construyeron en papel una Estatua de La Libertad. Les pregunté qué podría ocurrir si el ejército saliera de los cuarteles, porque en China todos los grandes movimientos de cambio empezaron por manifestaciones heroicas de los estudiantes. Con una sonrisa ingenua me contestaban que el ejército era el pueblo, como lo eran ellos. Los extranjeros fuimos evacuados. Y el trágico final es bien conocido.
Cuando Venezuela era una democracia (ahora no sé lo que es) y España una dictadura, las luchas por la autonomía universitaria se llevaron a varios de mis estudiantes que fueron asaltados con rifles, no armas cortas ni pelotas de goma. Luego todo ha ido a peor.
La juventud española parecía adormecida. Aceptaba con un aparente estoicismo que les quitaran su papel en la vida, su finalidad de sustituir a otras generaciones y el derecho a vivir con dignidad. Tiene poco parecido con el Mayo francés del 68, porque allí los estudiantes se unieron a los obreros y luego a los intelectuales. En París, Cohn Bendit pidió la utopía. En la plaza del Sol se pide mucho más. Espero que no les defraudemos.
15-M SOL (2)
- Un blog global - 22/05/2011 | Blog de Robert Tornabell Carrió
El 15-M de Sol ha demostrado, hasta el mediodía del domingo 22-M, que la juventud española atrae a otras generaciones. Primero quizá por curiosidad, pero rápidamente los de otras generaciones lo hacen para contribuir a esa maravillosa idea de “reflexionar”, sin etiquetas en pro o en contra de determinados partidos políticos. Dejando de lado el “botellón” y demostrando que saben organizarse. Crearon enseguida comisiones para servicios sanitarios, para dialogar con la policía, para protegerse formando círculos – que en Cataluña serán como el baile de las sardanas - y todo en un tono festivo y preñado de esperanzas. Prepararon juegos para los niños que acudían al encuentro y en la Plaza de Cataluña de Barcelona las asociaciones ciudadanas que forman a los adolescentes en los valores de respeto a la naturaleza y al civismo acudieron para vivir lo que ellos ya presentían y practicaban. Tuvieron la mejor estrategia para aprovechar el efecto expansivo de las redes sociales. La Web tomaplaza.net fue recogiendo todas las plazas de España que se fueron sumando. Pero posiblemente fue más importante la táctica de crear mutaciones en las etiquetas o “tags” de Twitter, para que marcasen tendencia. Y lo consiguieron.
Fue emocionante el silencio de medianoche. Y me sobrecogió de nuevo la canción que en los sesenta Bob Dylan (www.Blowing youtube.com) lanzó a los aires para seducir a los que creían en la paz y pedían otro orden mundial. Su “Blowing in the Wind” era la mejor protesta de Sol 15-M. Y para los jóvenes de 20 y 29 años, que tienen un paro que supera el 40%, lo que piden sopló de nuevo bajo el viento de Dylan. Ese paro clama al cielo, porque está en riesgo que algunos pasen años sin saber lo que es tener un trabajo. Por eso piden vivir con dignidad. Somos seres sociales y nuestra vida tiene sentido cuando la sociedad nos reconoce.
Ellos, que son la generación posiblemente más preparada que hemos tenido, sólo piden que su vida tenga sentido. Es la que habla más idiomas – muchos por los programas Erasmus – y gracias a las redes sociales han creado un ágora que se extiende ya desde Berlín a Praga; y desde Bruselas a París, Londres y a toda Europa y ha llegado a Estados Unidos y también a América Latina, y no deja de extenderse por el mundo. The Washington Post les ha dedicado una portada.
Las redes sociales lo difundieron, pero nadie les enseñó a organizarse. Demostraron los valores que nos hace humanos y demostraron que el cambio es posible.
Existen soluciones
Forzados por los mercados internacionales, a partir de mayo 2010, aplicamos ajustes durísimos y no caímos en la cuenta que de lo que quedaba del maltrecho Estado del Bienestar algo debíamos destinar a una generación perdida. Los jóvenes en edad de trabajar, que no eran ni “Ni-Ni”, ni anti sistema, sino dejados a un lado por los que apretaron demasiado las tuercas, se quedaron colgados del vacío. Ha llegado la hora de reorientar la distribución de la riqueza – o de lo poco que queda. Ha de privatizarse lo que todavía queda en manos del Estado. Y, como hizo Portugal, que detuvo las obras del AVE Lisboa – Madrid, porque no podía pagarlas, nosotros tendríamos que hacer lo mismo. Hemos invertido tanto en líneas de alta velocidad que no cubren ni los costes variables. Francia no pudo permitírselo. La línea Paris Lyon transporta al año 25 millones de pasajeros. El total de todas las nuestras, apenas dieciséis millones. Japón, en una línea de distancia media, 300 millones de pasajeros. Estados Unidos estudia el AVE, pero no puede financiarlo. Nosotros tampoco. (Ginés de Rus y Nash Chrys, 2009 ¿En qué circunstancia está justificado invertir en líneas de alta velocidad ferroviaria? Working Papers, 201058, Fundación BBVA)
Cerramos los ojos ante el éxito de Holanda cuando implantó el modelo alemán de trabajo en corto – no perder la plantilla y seguir aprendiendo; el Estado sufraga un tercio de lo que no paga la empresa. Salvaron a tres millones de parados. Alemania ha extendido el “Kurtzarbeit” o trabajo en corto desde los aprendices hasta los universitarios. Ningún joven sin estudios y ningún estudiante sin trabajo en una empresa. Nosotros perdimos la figura del aprendiz. La formación profesional es precaria y no va acompañada de prácticas suficientes. La Universidad ofrece lo que tiene, pero no lo que necesita el mercado, aunque debemos valorar de ella lo esencial si enseña a pensar, si ofrece metodologías y si abre caminos para los futuros investigadores.
Para concluir: Como escribió José Ortega y Gasset, la realidad es tozuda. Hemos despilfarrado nuestra fortuna en dos excesos incomprensibles. El ladrillo y el tren de alta velocidad. Ahora sólo nos queda conseguir que la carga media de los intereses que pagamos se reduzca y que, por el otro brazo de la tenaza, aumente el PIB. Si éste no queda por encima del interés medio de nuestra deuda pública viva, va a ser difícil que las ventas de los activos que le quedan al Patrimonio Nacional, y la decisión de paralizar todas las obras todavía en curso del AVE y las que estaban en proyecto, sea suficiente para crear puestos de trabajo para los jóvenes.
Pero hoy lo importante es acudir a las urnas oficiales y votar.
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