Una madre ourensana lucha por su hijo, con parálisis cerebral, para evitar que la actividad de una empresa lo despierte, con ruidos, todos los días. Asegura que su estado de salud ha empeorado por esta realidad
La Región - 31-05-2011 - O. Veloso. OURENSE -
Hai pouco máis dun ano que están arruinando a miña vida e a do meu fillo, que ten parálise cerebral'.
En la imagen, Samuel Gutiérrez, y su progenitora, Puri Diéguez, en la cocina de su domicilio. (Foto: MARTIÑO PINAL)
Con estas palabras y, con una impotencia enérgica que se desdibuja en su rostro, relata Puri Diéguez, una vecina de la calle Alejandro Pedrosa de Ourense, la agonía 'de ruídos á que nos somete Ecoourense', empresa concesionaria del servicio de basura que tiene un local justo debajo de su piso, un primero. Un lugar al que los barrenderos de la zona acuden antes de las siete de la mañana para salir con sus útiles a limpiar. 'Levamos máis dun ano sen poder durmir, xa non sei a onde acudir nin qué facer, só quero loitar polo meu fillo', cuyo estado de salud, asegura, se agravó debido a esta situación. 'O pediatra nota que está peor dende que os ruídos desta empresa chegaron, por mala sorte, ás nósas vidas, alá por marzo do ano pasado', añade. Desde entonces, -dice-, 'non hai día, sábados, domingos e festivos incluídos, que non nos desperten os operarios ás seis e corenta e cinco da mañá, parece que cae o edificio', zanja.
Por un golpe del destino, como dice ella, su hijo, Samuel Gutiérrez, de 11 años, sufrió poco después de nacer, por falta de oxígeno, un daño cerebral. 'Agora xa está, só quero o mellor para él', sentencia. 'Él non pode falar, pero eu dareille voz', arguye.
Esta madre coraje rogó al encargado de la empresa una solución. 'Ríronse na miña cara', asegura. Entonces, 'acudín ó Concello'. Consiguió que cambiaran la persiana y que comenzaran a trabajar más tarde. 'Hai uns meses volveron á mesma', por ello, clama al cielo por una solución. 'Eses señores teñen moito diñeiro para cambiar de local, a min costoume moito adaptar a habitación do meu neno', argumenta. Puri Diéguez, que cuenta con el respaldo del resto de los vecinos del edificio, explica que los técnicos efectuaron alguna medición de decibelios, pero 'cando non hai ruído'. Ante un futuro incierto, asegura que tiene que ser fuerte, porque 'teño que atender del'. Con un guiño al optimismo, sostiene que, 'aínda que teño a corazonada de que se acabarán indo', de momento, conseguiron arruinar a rutina das nósas vidas'.
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